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ENDOSCOPIA TERAPEUTICAENDOSCOPIA TERAPEUTICA

Endoscopia Terapéutica

Técnicas y/o tratamientos:

Seguimiento y tratamiento del Esófago de Barrett

El esófago de Barrett se produce cuando el epitelio (la capa más superficial de la pared del esófago) debido a la agresión continua del reflujo gastroesofágico (normalmente ácido) es sustituido por otro epitelio que contiene células de tipo intestinal, a lo que se le llama metaplasia intestinal.

Existen diferentes tipos o "grados" de esófago de Barrett, según los resultados de la biopsia y el estudio microscópico. Los grados pueden ser:

  • Metaplasia intestinal sin displasia
  • Metaplasia intestinal con displasia de bajo grado
  • Metaplasia intestinal con displasia de alto grado

La displasia son las alteraciones inherentes de un tejido o célula, que la hacen más desorganizada y parecida a una célula cancerosa. Aunque la presencia de displasia aumenta el riesgo de cáncer, no está considerada como tal, sino como una lesión precancerosa. En última instancia, grados altos de displasia pueden considerarse cáncer si existen signos de invasión del tejido. Es por ello que es muy importante diagnosticar los pacientes que padezcan esta patología, realizar un diagnóstico y establecer el tratamiento más preciso y efectivo, ya que existe riesgo de desarrollar cáncer de esófago. Es por ello que nuestros pacientes tienen a su disposición la Unidad de Esófago de Barrett, formada por especialistas que ofrecen el diagnóstico y tratamiento más preciso, así como las técnicas más innovadoras.

¿Cuáles son los riesgos de un paciente con esófago de Barrett?

El esófago de Barrett aumenta el riesgo de que el paciente desarrolle adenocarcinoma esofágico (un tipo específico de cáncer). Aunque todos los grados de esófago de Barrett hacen que el paciente tenga un riesgo aumentado respecto a la población general, la displasia de bajo y alto grado son los subtipos de mayor riesgo.

DIAGNÓSTICO % de riesgo por año % riesgo en 4 años
Metaplasia intestinal avanzada con displasia de bajo grado 4.3% 16.1%
Metaplasia intestinal avanzada con displasia de alto grado 0.9% 3.6%
Metaplasia intestinal avanzada en cáncer de esófago 0.5% 2.0%

* Datos obtenidos de Sharma P, Falk GW, Weston AP, et al.
Dysplasia and cancer in a large multicenter cohort of patients with Barrett's esophagus.
Clin Gastroenterol Hepatol 2006; 4:566-572.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El diagnóstico se lleva a cabo mediante endoscopios de alta resolución con magnificación (aumento de la imagen), utilizando técnicas de cromoendoscopia añadidas, realizadas por endoscopistas especialistas en el diagnóstico precoz de lesiones precancerosas y la realización de biopsias que son analizadas.

Diagnóstico esógafo de BarrettDiagnóstico esógafo de Barrett

¿Cuándo hay que tratar el esófago de Barrett y qué técnica está indicada en cada caso?

En la actualidad solo hay que tratar el esófago de Barrett cuando aparece displasia que se mantiene o confirma en un control a los 3-6 meses (según el grado de displasia), siendo la radiofrecuencia la técnica de elección si no hay lesiones visibles. Si existen estas lesiones, la mucosectomía seguida de la radiofrecuencia sobre el resto del esófago de Barrett son las técnicas de elección.

El tratamiento del esófago de Barrett pasa por el control del ácido o reflujo gastroesofágico para evitar su progresión. El tratamiento con dosis altas de inhibidores de la producción de ácido es el tratamiento de elección, pudiéndose considerar la cirugía antirreflujo como una alternativa.

técnica diagnóstico esófago barretttécnica diagnóstico esófago barrett

Técnicas Endoscópicas de Tratamiento del Esógfago de Barrett

  • Mucosectomía endoscópica
    • La mucosectomía consiste en la resección por vía endoscópica de una sección de la mucosa y submucosa (en este caso esofágica). Esta indicada siempre que en la endoscopia diagnóstica se aprecien lesiones sobreelevadas en el esófago de Barrett.
    • Esta prueba diagnóstica se realiza sin ingreso, realizando una estancia en observación en el hospital de día durante unas horas.
  • Radiofrecuencia con sistema HALO
    • El sistema Halo de radiofrecuencia es un aparato que permite la ablación de la mucosa esofágica hasta una profundidad de 1 mm de forma segura y uniforme. La ablación es una técnica en la que se calienta el tejido hasta que deja de ser viable o estar vivo. La tecnología HALO es un tipo muy específico de ablación en la que la energía calorífica se aplica de forma precisa y controlada. Los ensayos clínicos han demostrado que el tejido de Barrett se puede eliminar completamente con la tecnología de ablación HALO en el 98,4% de los pacientes.
    • Hay que hacer un seguimiento endoscópico y es probable que sea necesario repetir el tratamiento una o dos sesiones.

¿Cómo hay que controlar el esófago de Barrett?

Debe realizarse una primera endoscopia con biopsias siguiendo el protocolo de Seattle. Si no hay displasia, pero sí esófago de Barrett, se indica un control endoscópico al año, al mismo tiempo que se aumenta la dosis del protector gástrico o derivados y se controla la total inhibición del reflujo ácido mediante una pHmetría.

Si le segunda endoscopia sigue sin mostrar displasia y el ácido está controlado, se realiza un control endoscópico cada 2-3 años.

En caso de aparecer displasia confirmada en un segundo control se indica el tratamiento endoscópico.

Tratamiento de la vía biliar y páncreas

Los cálculos biliares son la formación de pequeñas piedras dentro de la vesícula biliar, pueden ser microscópicas como pequeñísimos cristales o de tamaño superior similar al de una bola de golf. Se forman por una combinación de factores varios y pueden acabar derivando en una coledocolitiasis (ocupación total o parcial del conducto (colédoco) por cálculos/piedras produciendo obstrucción de los conductos biliares.

La endoscopia es útil tanto para el diagnóstico y prevención de la enfermedad mediante una ecoendoscopia, una prueba que permite obtener una imagen del colédoco mediante un endoscopio especial que realiza una ecografía desde el interior del estómago y duodeno, permitiendo visualizar el colédoco y la existencia de coledocolitiasis de forma nítida, sin interferencias.

La coledocolitiasis requiere un tratamiento relativamente urgente según la forma de presentación y evolución sin embargo por endoscopia (Técnica CPRE que combina endoscopia con radiología) es posible extraer la mayoría de los cálculos/piedras sin necesidad de llevar a cabo un tratamiento quirúrgico.

Fibroscan:

Entre las diferentes técnicas que utilizamos en el tratamiento bilidar destaca el Fibroscan, también llamado elastografía de transición, que es una técnica avanzada que permite determinar la fi brosis de una manera no invasiva e indolora. Con esta técnica se evalúa 100 veces más área de lo que valora una biopsia.

Los resultados ayudan a anticipar diversas complicaciones, así como a controlar y evaluar el daño causado por enfermedades hepáticas, proporcionando información útil para tomar decisiones con respecto al tratamiento, seguimiento y pronóstico a corto y largo plazo de una enfermedad.

En el mismo aparato de fibroscan puede haber incorporado el CAP (controlled attenuation parameter) que es la única prueba no invasiva para cuantificar la esteatosis hepática (hígado graso). Siendo hoy en día una de las causas más frecuentes de trasplante hepático.

Con el CAP se consigue detectar a partir de un 5% de esteatosis a diferencia del ultrasonido que detecta sólo a partir de un 30%.

Ecoendoscopia terapéutica

La Ecoendoscopia o Ultrasonografía Endoscópica integra en una misma exploración el estudio ecográfico y el endoscópico.

La ecoendoscopia permite la visualización directa del interior del esófago, estómago, duodeno, recto y sigma pudiéndose visualizar también las estructuras de alrededor de estas vísceras (vía biliar, región pancreática, cavidad pélvica, arterias y venas del tórax y abdomen superior, riñones y glándulas suprarenales, etc.. )

El eco-endoscopio se introduce en el interior del organismo a través de la boca o del ano y lleva incorporado una cámara de televisión que transmite a un monitor imágenes en directo de las paredes de tubo digestivo. La eco-endoscopia no es un procedimiento doloroso, sin embargo requiere sedación intravenosa más o menos profunda ya que técnicamente es una procedimiento de cierta complejidad y duración.

La eco-endoscopia suele constar de dos fases: una fase exploratoria y una segunda intervencionista.

Esta segunda fase dependerá de lo que se haya visto en la fase exploratoria. Por ejemplo si se ha confirmado una anomalía será necesario extraer muestras para un diagnóstico (ecoendoscopia diagnóstica). Asimismo la intervención puede ser también terapéutica si se realiza un drenaje de un quiste/absceso o si se utiliza para acceder a conductos biliares o pancreáticos.

La eco-endoscopia es un procedimiento invasivo que expone a riesgos a quien se somete a ella. Afortunadamente los riesgos son estadísticamente bajos pero es importante valorar con el equipo médico la conveniencia de la prueba en función de cada caso.