¿Cuál es el tratamiento del TDAH?

El tratamiento que ha demostrado mejores resultados es la combinación del abordaje farmacológico y el psicológico. Para llevarlo a cabo es necesario un equipo multidisciplinar, donde trabajen de manera coordinada médicos psiquiatras, psicólogos clínicos y especialistas en el apoyo dentro de los ámbitos que pueden verse afectados por el TDAH (académico, laboral o pareja).

El plan terapéutico se individualiza de acuerdo con los síntomas y con los objetivos concretos a alcanzar.

Tratamiento farmacológico

Para el tratamiento del TDAH, se utilizan dos grandes grupos de fármacos:

  • Los estimulantes, que aumentan la concentración en el cerebro de un neurotransmisor llamado dopamina, cuya acción es estimular determinadas áreas cerebrales que en el TDAH se hallan hipoactivas. El principal representante de este grupo de fármacos es el metilfenidato, que puede ser de liberación rápida o de liberación prolongada.
  • Los no estimulantes, que actúan sobre otro neurotransmisor denominado noradrenalina y cuyo principal representante es la atomoxetina.

Además del tratamiento farmacológico específico para el TDAH, con frecuencia se utilizan otros fármacos para el tratamiento de las condiciones asociadas, como los ansiolíticos para la ansiedad, los antidepresivos para la depresión o fármacos para mejorar el control de los impulsos.

Tratamiento psicológico

El tratamiento psicológico se inicia con el diagnóstico, ya que, en muchos casos, resulta terapéutico por sí mismo. Ello es así por el alivio que ofrece el entender que muchas de las dificultades con que se ha encontrado la persona a lo largo de su vida se corresponden con una entidad clínica definida y con posibilidades de tratamiento.

A grandes rasgos, el tratamiento psicológico se centra en la psicoeducación, la terapia cognitivo-conductual y el entrenamiento personal (coaching).

  • La psicoeducación, dirigida a los pacientes y sus familiares, consiste en proporcionar una información completa sobre el trastorno y sus repercusiones a lo largo de la vida de la persona. Ello permite al paciente modificar creencias erróneas sobre sí mismo y cambiar los posibles sentimientos de culpa o la baja autoestima por la consciencia y el conocimiento del trastorno y sus implicaciones, desarrollando formas más efectivas de afrontamiento.
  • La terapia cognitivo-conductual se centra en la modificación de conductas o pensamientos desadaptativos y en el desarrollo de hábitos y estrategias para afrontar los síntomas del TDAH y sus consecuencias.

Algunas de estas estrategias consisten en técnicas de aprendizaje de planificación, organización y priorización, gestión del tiempo, establecimiento de rutinas y hábitos, entrenamiento en la solución de problemas, estrategias para la mejora de la atención y la memoria o estrategias para la mejora del autocontrol de conductas y emociones.

  • El entrenamiento personal: las personas con problemas importantes de organización, planificación y evitación (por constantes aplazamientos) pueden beneficiarse de un psicólogo que hace la función de entrenador personal.

Este profesional ayudará a planificar objetivos y a mantenerse centrado en ellos, proporcionando un marco de seguridad, de apoyo, de trabajo y de análisis hasta conseguir un funcionamiento autónomo. Ello es especialmente importante en adolescentes y adultos jóvenes, ya que si no son diagnosticados y tratados correctamente, presentan mayores probabilidades de abuso de sustancias y de fracaso académico. Por esta razón, en nuestro equipo hemos incorporado la figura de entrenador personal (coach) a nivel académico para jóvenes y adultos con TDAH.

En conclusión, nuestros objetivos son, por una parte, reducir los síntomas del TDAH mediante el tratamiento farmacológico y, por otra, permitir que la persona aprenda, mediante el tratamiento psicológico, a regular su conducta, desarrollar nuevos hábitos y manejar los problemas emocionales y cognitivos asociados.