Estos animales son habituales en las playas de arena fina, se encuentran enterrados en ella cerca de la orilla y pican al ser pisados.
Su picadura es muy dolorosa y al inyectar una sustancia neurotóxica el dolor puede extenderse a toda la extremidad.
No aplicar hielo ya que el frío activa la toxina inyectada.
Para calmar el dolor puede administrarse compresas con amoniaco pero dado que su veneno es termolábil, introducir la extremidad en agua muy caliente durante 30 o 60 minutos es el mejor remedio para el dolor y la inflamación.
Puede ser necesario administrar corticoides o antihistamínicos si la inflamación es muy intensa, consultar con el médico a tal efecto.