Claudicación Intermitente y salvamento de extremidades

¿Qué debería saber acerca de la enfermedad arterial periférica (EAP)?

Si cuando Vd anda siente dolor en las pantorrillas que le obliga a detenerse, puede ser debido a una falta de riego sanguineo. Ello es debido a que al caminar los músculos precisan más oxígeno, pero la existencia de un estrechamiento u obstrucción de la arteria impide que llegue la cantidad necesaria de sangre.

Sin embargo, un gran número de personas pueden no presentar síntomas y desconocer la existencia de padecer EAP hasta que sufren un infarto de miocardio o un infarto cerebral.

La Enfermedad arterial periférica (EAP) se define como la "obstrucción del flujo de sangre en cualquier territorio arterial, excluyendo el coronario y cerebral". Aunque puede afectar a la aorta abdominal, las arterias renales y mesentéricas, se refiere más especificamente a las extremidades inferiores.

La claudicación intermitente es uno de los síntomas de EAP. Es la manifestación en las piernas de una enfermedad del sistema circulatorio conocida como aterosclerosis o aterotrombosis. El depósito de material graso en las paredes de las arterias da lugar a la formación de placas de ateroma (aterosclerosis) produciendo un estrechamiento de la arteria. Cuando una de estas placas se rompe da lugar a la formación de un coágulo o trombo (aterotrombosis) que estrecha la arteria hasta obstruir la arteria.

Aterosclerosis


Recanalización Femoral Izquierda con Stent

Recanalización femoral izquierda con Stent


Recanalización Endovascular Compleja mediante Stent en paciente portador de by-pass digital

Recanalizacion endovascular compleja mediante Stent en paciente portador de by-pass distal


Sin embargo, la aterotrombosis tambien puede producirse en el corazón o el cerebro dando lugar a un infarto de miocardio o un infarto cerebral. La EAP usualmente coexiste con patología coronaria y cerebral. Por ello, el riesgo de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular (AVC) en pacientes afectos de EAP es entre 2 y 4 veces superior a la población normal. Queda claro por tanto, que su prevención, el diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado son de extrema importancia.

El diagnóstico y el tratamiento precoz de la EAP van a reducir la incidencia de eventos cardiovasculares (infarto de miocardio, enfermedad cerebrovascular, insuficiencia renal, isquemia mesentérica, y amputaciones).

La prevalencia de la EAP es elevada, afectando al 20% de la población mayor de 65 años de edad, en la mayoría de casos asintomática. La arteriosclerosis que afecta a las extremidades, presenta una sintomatología en un comienzo vaga y escasa. Sólo, más tarde, la claudicación intermitente vascular hace que el paciente acuda al médico. A medida que pasan los años, la isquemia o falta de riego en una zona como consecuencia de la arterioesclerosis progresa y la circulación colateral se hace insuficiente. El dolor se mantiene continuamente aún en reposo y se aprecia frialdad en la región distal de la extremidad afectada. Esta isquemia puede ser solamente muscular o también cutánea y acompañarse incluso de gangrena.

Existen exploraciones diagnósticas precisas no invasivas como la determinación con Döppler del índice tobillo-brazo (ITB) y la claudicometría, claramente coste-efectivas en la detección precoz de ésta patología. Otras exploraciones más sofisticadas como Ecografía vascular nos va a permitir medir el grosor del vaso y su luz o caudal de sangre.

determinacion con Doppler del indice tobillo-brazo

El indice tobillo-brazo, además de ser útil para el diagnóstico de la EAP, adquiere sobre todo una enorme importancia como predictor del riesgo cardiovascular global.

indice tobillo brazo diagnostico de la EAP

Aunque la aterosclerosis sea la causa principal de EAP, existen otras patologías que con mucha menor frecuencia pueden provocan obstrucción al paso de sangre: enfermedades degenerativas ( síndrome de Marfan y síndrome de Ehlers-Danlos), la displasia fibromuscular, la vasculitis de grandes vasos ( Enfermedad de Takayasu y el síndrome de Behçet), de vasos de mediano calibre ( Enfermedad de Kawasaki, síndrome de Churg-Strauss) y vasos de pequeño calibre ( Lupus y artritis reumatoidea), y los estados protrombóticos y enfermedades vasoespásticas.

El tratamiento de la insuficiencia arterial periférica es médico-quirúrgico en sus fases más avanzadas, donde ya las medidas conservadoras con medicamentos vasodilatadores y hemorreológicos tienen un valor limitado. Por ello, es fundamental su abordaje y tratamiento en fases precoces de la enfermedad.