Ardores

¿Qué son?

Los ardores se pueden definir como una sensación de quemazón que se localiza en la zona central del abdomen superior.

¿Qué enfermedades pueden causarlos?

Los trastornos que tienen síntomas relacionados con "ardores" son:

  • Hernia de hiato: consiste en la introducción de la parte alta del estómago en la cavidad torácica a través del hiato del diafragma (orificio a través del cual se comunican el esófago y el estómago).
  • Enfermedad por reflujo gastroesofágico: se produce como consecuencia de la exposición de la mucosa esofágica al material que asciende desde el estómago, cuyos componentes principales son ácido clorhídrico y pepsina. Una hernia de hiato puede favorecer el reflujo gastroesofágico.
  • Esofagitis: es la inflamación de la mucosa del esófago. La causa más frecuente es el reflujo gastroesofágico, pero también puede deberse a infecciones, virus, hongos, o a la ingesta de productos cáusticos. No debemos olvidar las causas traumáticas, producidas por ingesta accidental de prótesis dentales, huesos de pollo o espinas de pescado.
  • Dispepsia: se la define como cualquier dolor o molestia localizado en la parte central del abdomen superior. La molestia es una sensación negativa no dolorosa, como hinchazón abdominal, saciedad precoz, distensión o náusea. Los síntomas pueden ser continuos o intermitentes, y estar relacionados o no con la ingesta.
  • Gastritis: La inflamación del estómago también tiene muchas causas. Por ejemplo, las gastritis agudas infecciosas de origen bacteriano, producidas por la ingestión de alimentos contaminados por gérmenes o sus toxinas, las producidas por virus y hongos. Pero las más frecuentes son las ocasionadas por el Helicobacter pylori (microorganismo que se relaciona con la gastritis y la úlcera gastroduodenal). También encontramos gastritis relacionadas con fármacos: la ingesta de antiinflamatorios es la causa más frecuente. También la ingesta de alcohol produce daño al estómago.
  • Úlcera gastroduodenal: es una lesión de la mucosa gastrointestinal (estómago o duodeno) que se mantiene como consecuencia de la actividad de la secreción ácida del jugo gástrico. Hoy en día las dos causas más frecuentemente relacionadas con esta enfermedad son la infección por Helicobacter pylori y el consumo de fármacos antinflamatorios (aspirina). Las complicaciones más frecuentes de la enfermedad ulcerosa son: la hemorragia digestiva (10-15%), la perforación (5-10%) y la obstrucción (2-5%).
  • Cáncer gástrico: estas lesiones pueden manifestarse como cambios sutiles en la coloración o por pequeñas sobreelevaciones o depresiones en la mucosa del estómago.

¿Cómo se pueden diagnosticar?

Para diagnosticar estas enfermedades es necesario distintas pruebas, como por ejemplo:

  • pH metría de 24 horas: podemos valorar con esta técnica el tiempo de exposición del ácido en el esófago y con ello confirmar al reflujo gastroesofágico como causa y origen de los síntomas.
  • Manometría esofágica: para valorar el funcionamiento del esófago y del esfínter esofágico inferior.
  • Endoscopia digestiva: para constatar la presencia de lesiones como hernia de hiato, esofagitis, gastritis, úlcera gástrica o duodenal y cáncer gástrico. También permite realizar biopsias para la búsqueda de Helicobacter pylori o para diagnosticar lesiones en la mucosa.