¿En qué consiste?

La terapia se realiza en tres fases o periodos:

  • Aplicación de la sustancia en forma de crema

La sustancia sensibilizante se aplica en forma de crema sobre la lesión a tratar, previamente preparada para favorecer su absorción. Antes de aplicar la crema, el dermatólogo responsable elimina las capas superficiales de la piel. Una vez puesta la crema sobre la zona se cubre con un apósito especial que evite la evaporación y facilite la penetración al mismo tiempo que proteja del contacto de la luz solar. Esta fase no es dolorosa en absoluto y no precisa de anestesia. La aplicación de la crema solo puede representar una ligera sensación de picor que desaparece a los pocos minutos.

Lesión de carcinoma superficial en la pierna Aplicación de la crema en el carcinoma Oclusión del carcinoma
Lesión de carcinoma superficial en la pierna Aplicación de la crema Oclusión para incrementar su penetración
  • Tiempo de espera

Se deja un periodo de tiempo bajo oclusión, lo que se conoce como periodo de incubación. Normalmente es de unas tres horas. Durante este tiempo el paciente puede hacer vida normal exceptuando la exposición directa al sol de la zona a tratar. Por este motivo se protege con apósitos adecuados que impiden el paso de la luz. Una vez la sustancia se ha fijado en los tejidos, emite una fluorescencia de color rojo coral bajo la luz de Wood (luz negra). Este signo nos indica la densidad y la extensión de su penetración.

Fluorescencia rojo coral en el carcinoma superficial
Fluorescencia rojo coral en la misma lesión anterior

  • Iluminación (la terapia propiamente dicha)

El siguiente paso es la iluminación para obtener la destrucción selectiva de las células cargadas de la sustancia sensible a la luz. Las células de alrededor (impenetrables a la crema) no se destruyen aunque se iluminen durante el mismo tiempo y la misma intensidad. Las fuentes de luz empleadas pueden variar (láser, xenón, incandescente, LED) pero tienen que oscilar entre los 410 nm (donde la absorción es máxima) y los 630 nm (máxima penetración) y la dosis total emitida debería situarse entre los 37 y los 150 J/cm2. En el caso que nos ocupa, el tratamiento de lesiones precancerosas o cancerosas cutáneas, empleamos rutinariamente la luz roja que ofrece longitudes de onda sobre los 630 nm pues la prioridad es la profundidad en la penetración.

El tiempo de iluminación es aproximadamente de unos 10 minutos en total. El tiempo consumido puede ser algo mayor, en algunos casos, puesto que se puede aplicar la luz de manera no continua (haciendo paradas) hasta completar la dosis eficaz requerida. Esta fase puede provocar sensación de quemazón, dolor urente que puede ser intenso en zonas extensas y que puede requerir de anestesia local. Habitualmente la captación y la extensión así como el tipo de piel nos indican la posibilidad de dolor a la iluminación. En estos casos el dermatólogo aplica la anestesia antes del inicio de la sesión. No obstante, en la gran mayoría de lesiones no hace falta ningún tipo de anestesia. Se precisa normalmente de dos sesiones separadas unas semanas para asegurar mejor los resultados. Aunque teniendo en cuenta que únicamente se destruyen los tejidos dañados, se puede repetir el tratamiento las veces que sea necesario sin alterar los tejidos sanos. Recientes avances permitirán reducir los tiempos de espera con lo que se agilizará el tratamiento en su conjunto.

Iluminación de una pierna con lámpara de LED
Durante la terapia fotodinámica
Iluminación de una pierna con lámpara de LED Durante la iluminación se protege la visión con gafas especiales