Glándulas suprarrenales

Las glándulas suprarrenales son dos glándulas que se encuentran encima de cada riñón. Estas glándulas tienen la función de sintetizar hormonas que regulan electrólitos y la respuesta al estrés, y constan de dos partes bien diferenciadas: la corteza y la médula. La corteza ocupa la zona más superficial, mientras que la médula suprarrenal se encuentra en la profundidad de la glándula. La corteza suprarrenal tiene a su vez tres capas: una de ellas sintetiza el cortisol (hormona esteroidea que incrementa el nivel de azúcar en sangre y ayuda al metabolismo), la otra capa la aldosterona (hormona esteroidea, conservadora del sodio) y la otra capa secreta hormonas sexuales (andrógenos, estrógenos y progesterona). Además secretan catecolaminas y aldosterona y contribuyen a elevar la presión arterial. En la médula se secretan las catecolaminas, de las cuales la más importante es la catecolamina que posee un papel fundamental en situaciones de estrés, favoreciendo la hiperglicemia y elevación de la presión arterial.

¿Qué enfermedades están asociadas a las glándulas suprarrenales?

Puede secretar mucha cantidad de hormonas o poco. Si existe un exceso de cortisol, origina el síndrome llamado Cushing (adenoma o carcinoma).

En los casos en que se produce un aumento de secreción de aldosterona, hablamos de hiperaldosteronismo primario o Síndrome de Conn. Esta secreción es producida, generalmente, por la aparición de un adenoma (carcinoma: tumor epitelial benigno), aunque el adenoma productor de aldosterona no es muy frecuente. Asimismo, en los casos en que se produce una secreción exagerada originada en la médula suprarrenal hablamos de feocromocitoma.

La hipofunción más frecuente de la glándula suprarrenal es la insuficiencia de la secreción de cortisol llamado enfermedad de Adison. En las glándulas suprarrenales pueden haber tumores benignos (adenomas) o malignos, que no producen alteraciones hormonales.

¿Qué síntomas presenta?

En el «síndrome de Cushing» los síntomas más frecuentes son:

  • Obesidad, que afecta a cara, cuello y abdomen
  • Atrofia muscular
  • Aumento de presión arterial
  • Diabetes mellitas
  • Osteoporosis
  • Cálculos renales
  • Hematomas espontáneos

En el hiperaldosteronismo primario pueden suceder aumento de presión arterial y disminución del potasio en la sangre o hipopotasemia, dando lugar a problemas derivados como cansancio extremo, arritmias, calambres musculares y hormigueos.

En el feocromocitoma se observa también hipertensión arterial severa en forma de paroxismos o crisis, acompañadas de síntomas típicos de hipertensión arterial como cefaleas, temblor, frialdad extrema de manos y pies, sudoración profusa junto a dolor abdominal y torácico. En los casos más graves puede derivar en infarto o hemorragia cerebral ocasionados por los picos hipertensivos.

En los casos en que se produce insuficiencia suprarrenal, los síntomas que pueden aparecer son: mareo, bajada de presión arterial, cansancio intenso, pigmentación oscura en los pliegues de la piel y la mucosa bucal (debida a la enfermedad de Addison). Los tumores suprarrenales no funcionantes, llamados también "incidentalomas" (que no producen hormonas) no ocasionan síntomas y se detectan, como su nombre lo indica, de manera incidental.

¿Cómo se diagnostican?

Realizando análisis de sangre, orina y pruebas específicas de imagen.

El Síndrome de Cushing puede provocar ausencia del ritmo circadiano del cortisol en sangre y su elevación en orina. Es importante determinar la ACTH (hormona que estimula las glándulas suprarrenales) y realizar la supresión de cortisol con dexametasona.

En el hiperaldosteronismo se determinan los niveles de aldosterona plasmáticos, que deberían estar elevados, y la renina (suprimida en el hiperaldosteronismo primario) y el potasio sérico, normalmente bajo porque presenta unas pérdidas elevadas en orina.

El feocromocitoma produce un aumento de catecolaminas en sangre y orina, y una elevación de metanefrinas y ácido vanilmandélico (metabolitos de catecolaminas) en la orina.

La insuficiencia suprarrenal primara tiene lugar cuando se produce una reducción del cortisol (entre las ocho y las diez de la mañana) con una elevación de ACTH.

Tras el diagnóstico de hiper o hipofunción, debe realizarse un estudio morfológico de la glándula. Para ello se utilizan las técnicas de TC RMN suprarrenal que permiten visualizar con definición las glándulas y detectar posibles adenomas o carcinoma. Si existen dudas puede solicitarse una gammagrafía con yodo colhesterol con frenación con dexametaseona. A veces es necesaria la determinación de aldosterona por cateterismo selectivo de las venas suprarrenales.

En el Síndrome de Cushing con ACTH elevada, debe realizarse una resonancia magnética de hipofisis para localizar el adenoma productor de ACTH.

¿Cuál es el tratamiento?

En los casos en los que se detecta hipersecreción hormonal es necesario contrarrestar sus efectos como primera medida terapéutica.

El hiperaldosteronismo primario se trata con diuréticos del tipo espironolactona o inhibidores de aldosterona, que bloquean la acción de la hormona. El feocromocitoma con fármacos con efecto bloqueante de los receptores de las catecolaminas, antagonistas de los receptores alfa como fenoxibenzamina, prazosin o doxazosina. En una segunda fase se usan los bloquenates de receptores beta como propanolol.

Una vez controlada la situación clínica, se realiza la suprarrenalectomía de la glándula enferma (adenoma o carcinoma) por vía laparoscópica.

Si el Síndrome de Cushing se debe a un adenoma hipofisario productor de ACTH, debe realizarse su extirpación.

En el tratamiento de la enfermedad de Addison se repone el déficit de cortisol con hidrocortisona oral, y debe administrarse adicionalmente fluorhidrocortisona. En caso de ser intervenido, se administran dosis suplementarias de corticoides adecuándolas si requiere seguir un tratamiento crónico.