Dossier piernas

Las piernas de una mujer siempre han sido en nuestra cultura occidental un factor estético y de atracción sexual. Pero nada tienen que ver las estilizadas piernas de las mujeres tomadas como modelos hoy en día con las de la antigüedad. Se diría que las piernas, lo mismo que todo el cuerpo, han ido perdiendo carne y grosor con el paso del tiempo. Desde la Venus de Gnido, símbolo arcaico de belleza femenina que es una estatuilla de 20 cm. con gruesas nalgas, celulíticas pantorrillas y gran pecho caído, hasta las anoréxicas modelos de finales del siglo XX , lógicamente mucho ha cambiado el sentido estético. De unas a otras se ha pasado por un término medio constituído por las celulíticas mujeres renacentistas o las llenitas modelos de Mondigliani y Picasso.

Las piernas han sufrido estos cambios estéticos en el modelo exigido por la sociedad y las mujeres se debaten en estas exigencias estéticas solicitando el consejo o la terapia de los profesionales.

La demanda estética actual sobre las piernas se centra en las siguientes necesidades: delgadas, esbeltas, de carne dura, es decir bien moldeadas, sin varices, sin deformaciones articulares, sin celulitis ni grasa, sin edemas y desde luego, sin pelos.

Con todas estas premisas, abordaremos el estudio de las piernas intentando distinguir el sentido estético del patológico, desde todas perspectivas.

Para que las piernas constituyan todo un valor estético y de atracción sexual para la mujer, ésta deberá cuidar de las mismas. Y los elementos objeto de cuidado son:

  • La circulación (con tratamiento adecuado cuando sea necesario: preventivo o terapéutico)
  • La musculatura (deberá hacer ejercicio para moldearlas, el cual, a su vez redundará en una mejor circulación, ya que el ejercicio tenderá a y activar esta circulación con métodos naturales)

El ejercicio, adecuado a cada edad y circunstancias de salud de la paciente, constituye un buen sistema preventivo. Como lo es, asimismo, mantenerlas en posición horizontal en una butaca o, mejor aún, en sentido vertical (al revés de cómo funcionan normalmente) durante unos minutos al día. Se trata de colocarse en el suelo o en la cama con las nalgas pegadas a la pared o al respaldo de la cama y las piernas apoyadas en ese respaldo o en la pared perpendicular al suelo en el que permanecemos tendidos. Esto activa extraordinariamente la circulación de retorno o venosa y colabora en no tener las piernas pesadas, ya que la sangre de las piernas, en esta postura, ha de circular al revés que normalmente y, en este caso, la circulación de retorno no ha de vencer la fuerza de la gravedad.

Los problemas circulatorios en las piernas pueden desencadenar flebitis, varices, piernas pesadas o acabar en úlceras varicosas o de origen neurovascular y, en términos menores, en telangiectasias.

Otras problemáticas de salud en las piernas pueden ser de origen lipodistrófico o endocrino. Su manifestación externa será la de unas piernas gruesas, celulíticas , edematosas o con grasa.

Habrá que distinguir aquí entre unas piernas gruesas por constitución natural o más gruesas de lo que una desearía y las piernas "gruesas" por problemas edematosos o de carácter lipodistrófico o linfoedemas.