Laserterapia

Es también un método terapéutico utilizado por médicos alopáticos y médicos naturistas. Existe una Sociedad Española de Laserterapia, lo mismo que de Fitoterapia y de Mesoterapia. El láser tiene muchas aplicaciones, especialmente en el campo de la cirugía, de la plástica y de la reumatología.

Naturalmente, no todos los láseres empleados en cada una de estas aplicaciones son idénticos, sino que su distinta finalidad les confiere necesariamente distinta naturaleza. No es lo mismo el láser empleado como bisturí que el utilizado para calmar dolores reumatológicos. Hay láseres de neón o infrarrojo, láser de argón, utilizado básicamente en cirugía plástica y en angiología, de helio-neón, utilizado en Reumatología, el láser nd-yag, utilizado para endoscopias digestivas, broncoscopias y cirugía, y el láser de CO2 (anhídrido carbónico) que es el más utilizado porque es el más versátil y que se adapta mejor a la mayoría de especialidades quirúrgicas.

La teoría del láser fue intuída y parcialmente descrita por Einstein en 1917. Sin embargo, el primer rayo de luz láser fue creado en 1960. Su descubridor fue un norteamericano, Theodore R. Maiman que trabajaba en el grupo industrial Hugues (de Howard Hugues) en sus laboratorios de investigación.

Maiman llevó a la práctica la idea de otro americano, Charles Hard Townes, quien había descubierto en 1951 el "maser", lo que le valió el Premio Nobel de Física en 1964. Se trata de una amplificación de microondas mediante emisión estimulada de radiación. En cambio, el mismo método de emisión de radiación aplicado a un haz de luz daría lo que posteriormente ha sido conocido como rayo "láser", abreviación de Light/Luz Amplified/Amplificada by/con Stimulated/Estimulación Emission/Emisión of/de Radiation/Radiación.

Tal estimulación conseguía gran cantidad de energía en muy breve tiempo y aparecía concentrada en un mínimo espacio (el de la luz).

El primer láser construído por Maiman fue un pequeño cilindro de rubí de dos centímetros de longitud. Las dos bases del cilindro eran plateadas, una de ellas completamente, lo que le convertía en espejo reflector; la otra, sólo lo estaba parcialmente, lo que hacía de ella un espejo semitransparente. La luz penetraba dentro del rubí, gracias a una lámpara flash en espiral, cuyos destellos estimularían la producción de fotones (partículas luminosas) mediante el proceso ya descrito por Einstein en 1917. Estos fotones inician un viaje de ida y vuelta entre los dos espejos, hasta que su intensidad es tal, que logran salir al exterior a través del espejo semi-transparente. Así se obtuvo el primer haz de luz roja.

La lámpara emisora creada por Maiman estaba constituída en un principio por dos elementos principales: el cristalito cilíndrico de rubí y la luz del flash. El rubí, como piedra preciosa, está constituído por óxido de aluminio y algunos átomos de cromo que son los que le dan el color rojo al cristal. Estos átomos tienen una estructura electrónica porque se sitúan alrededor del núcelo atómico como si fueran electrones. De tal forma, que al recibir la luz del día que, como se sabe, está compuesta por todos los colores del arco iris, pues absorbe toda esta luz y devuelve el color exclusivo del cromo, es decir el rojo.

El destello de la luz de la lámpara origina numerosos fotones, los cuales estimulan a su paso por el cristal los electrones de los átomos de cromo y es así como se obtiene la amplifiacción de la luz. Además de obtener otra cualidad de este haz de luz que es que sea coherente, es decir que todos los rayos vibren en la misma dirección para que la intensidad esté concentrada en la misma dirección. De esta regulación, se encargan los espejos que fuerzan y encaminan el viaje de los fotones a través de sus extremos. A toda lógica, una de las primeras aplicaciones de la luz amplificada estuvo en el campo de la imagen. Después vinieron las demás.

En medicina, se trató de aplicar la capacidad calorífica de esta energía, aplicándola a la terapéutica y la capacidad de trabajo que de ella se deriva fue aplicada a la cirugía.

El láser se ha revelado efectivo en la clínica del dolor (reumatología y como analgésico: en procesos crónicos de jaquecas), en neurología, en patologías: tumorales, vasculares periféricas o centrales, en infecciones, en patologías degenerativas, en traumatología y en cirugía reparadora.

Se sabe que el láser incide sobre los sustratos nerviosos logrando la acción analgésica, bien porque el láser se ha dirigido hacia la parte dolorosa facilitando la estimulación de la zona y la consiguiente normalización bioquímica de la misma, bien porque se ha irradiado en los puntos de transmisión distanciados de la parte enferma como lo son los puntos de la auriculoterapia o de la acupuntura.

El láser se aplica en estos puntos en forma de aguja. El estímulo es conducido a través de las fibras nerviosas, primero a través del ectodermo cutáneo hasta el trayecto intra-raquídeo penetrando en la médula espinal. Pero, en este recorrido es importante analizar la participación del nivel medular y la transmisión a nivel del tronco del encéfalo con sus conexiones, ramificaciones y su propagación a nivel diencefálico, asimismo como observar los mecanismos de acción del sistema nervioso ante esta respuesta experimentada.

Los receptores del dolor que constituyen las terminaciones nerviosas libres son los que fundamentalmente van a participar y los más sensibles al estímulo doloroso; aunque hoy se admite que no existe un receptor individualizado, sino que todos pueden participar en relación al estímulo recibido. En cuanto al mecanismo de inhibición del dolor, esta inhibición puede actuar por vía a través de los estímulos procedentes de los estratos superiores troncoencefálicos o bien por la estimulación de los nervios periféricos. Así, experimentalmente, se ha podido demostrar como a nivel medular se puede lograr una inhibición mediante la estimulación de una neurona espinal. Pero, existen diversos mecanismos de inhibicón. Por ejemplo, se demostró en 1968 que la estimulación cerebral producía una acción analgésica.

La estimulación que produce el láser es evidente que provoca unos efectos bioquímicos que van a facilitar la liberación de las sustancias endorfínicas y se producirá así la acción inhibitoria. Hay trabajos experimentales que lo demuestran. La aplicación del láser aumenta la producción de una determinada serie de aminas biógenas que son precisamente las que intervienen principalmente en la síntesis de los aminoácidos esenciales y que constituyen el grupo de las endorfinas o neurotransmisores que están implicados en la transmisión del estímulo doloroso.

En este caso, las endorfinas son los neurotransmisores responsables del paso del estímulo doloroso. El láser produciría sus "contras", inhibidores de las mismas y responsables de la síntesis o absorción de las endorfinas, sin las cuales no hay sensación dolorosa.

Por otra parte, el láser quirúrgico es empleado en oftalmología y en cirugía plástica y reparadora, además de en traumatología y otras cirugías. Sus defensores dicen de él que produce una menor herida porque, al mismo tiempo que corta, cauteriza los tejidos. Con lo cual, la pérdida de sangre es menor, las heridas son más finas y la recuperación, en consecuencia, es más rápida.

Por esta razón, se utiliza asimismo en pequeña cirugía como puede ser el caso de extracción de hemorroides, etc.