¿Me reconoceré con mi nueva nariz? ¿Me reconocerán los demás?

Sí, las personas de su entorno lo reconocerán perfectamente. Ese es el gran cambio que ha experimentado en los últimos años la rinoplastia. Hoy en día se puede realizar un discreto cambio en la cara de una persona manteniendo la naturalidad. El punto álgido de esta intervención radica en conseguir una armonía entre las diferentes proporciones de la cara, el mentón, los ojos, los pómulos, la frente, ya que la nariz tiene un papel muy ligado a las proporciones. La nariz no tiene por qué ser bonita, hecho que a los pacientes a veces les cuesta entender. Lo importante es que pase desapercibida y no sea el centro de la atención. Una nariz grande, por ejemplo, hará que los ojos parezcan pequeños. El cirujano experto en cirugía nasal deberá controlar estas proporciones para conseguir una nariz discreta y natural, sin que llame la atención y consiguiendo que el resto de elementos de la cara destaquen.