Algunas reflexiones sobre la vasectomía sin bisturí

La vasectomía es uno de los métodos más sencillos, rápidos y efectivos de asegurar una contracepción permanente. Aproximadamente 60 millones de personas se han sometido a la vasectomía en todo el mundo. Cada año 500.000 norteamericanos se hacen la vasectomía, el 72% de estas son practicadas, en Estados Unidos, por urólogos, el 15% por médicos de planificación familiar y el 13% por cirujanos generales. En España es probable que el porcentaje de urólogos sea aún menor, teniendo que incluir a algunos ginecólogos entre los vasectomizadores. A pesar de ser más rápida, segura, barata y sencilla que la ligadura de trompas, todavía se practican muchas menos vasectomías que ligaduras tubáricas en todo el mundo. Las principales razones son que algunos hombres tienen miedo al dolor, las posibles complicaciones de la cirugía escrotal y condicionantes de tipo machista.

La vasectomía sin bisturí difiere de la vasectomía convencional en muchas cosas. En primer lugar, en lugar del método anestésico de la vasectomía tradicional con múltiples inyecciones ciegas en el escroto, la vasectomía sin bisturí efectúa un bloqueo selectivo de los nervios deferenciales con una sola inyección en la vaina espermática externa; ello disminuye el riesgo de hematoma al impedir la lesión de los vasos espermáticos, de mayor calibre y riesgo de sangrado que los deferenciales.

En segundo lugar, la vasectomía sin bisturí utiliza dos instrumentos especialmente diseñados para atraer el deferente, la pinza de anillo, que sujeta firmemente el deferente desde fuera del escroto, sin lesionarlo, y una pinza curva y afilada de mosquito para puncionar la piel, para dilatarla y para descender los vasos deferenciales en vez de cortarlos, reduciendo las posibilidades de causar un hematoma. Los deferentes simplemente se devuelven a su localización y al final, la piel escrotal sana, sin suturas, en 1 o 2 días.

Las complicaciones más frecuentes tras la vasectomía son el hematoma y la infección. Con la técnica tradicional el porcentaje de hematomas varía entre el 1% y el 29%, con una media del 2%. La media de infecciones de herida con la vasectomía tradicional es del 3.4%, con un rango del 2% al 38%. En un estudio realizado en Tailandia durante la fiesta de aniversario del rey con 28 cirujanos comparando la vasectomía sin bisturí y la técnica tradicional con una sola incisión en el rafe medio escrotal a 1.203 hombres. El porcentaje de complicaciones de la vasectomía tradicional fue del 3,1% mientras que el de la vasectomía sin bisturí fue del 0,4%. La vasectomía sin bisturí se realizó, de media,un 40% más rápido que la técnica incisional. Al ser una técnica de menor invasividad que la tradicional existe menos edema y dolor postoperatorio.

El método oclusivo sigue siendo objeto de controversia. La cauterización térmica de la luz deferencial presenta un menor índice de fallos que la cauterización con electrobisturí. Se ha sugerido que dejar el extremo testicular sin ocluir, interponiendo la fascia deferencial del extremo abdominal cauterizado favorecería la formación de un Granuloma que disminuiría la presión intraepididimaria, lo que mejoraría el pronóstico de la vasovasostomía en el caso de que el paciente deseara la reversibilidad de la vasectomía. Otros autores corraboran esta opinión, pero indicando un mayor porcentaje de recanalizaciones. No hay que olvidar que lo que quiere el paciente es conseguir la esterilidad, más que asegurarse una hipotética reversibilidad. En la mayoría de los casos se utiliza más una técnica de oclusión, por ejemplo, clips + cauterio, o bien ligadura + electrocoagulación. Ya hemos comentado nuestra preferencia.

La vasectomía sin bisturí requiere un aprendizaje. No sólo como nueva técnica, sino también al introducir un material quirúrgico nuevo y específico. Un grupo de 38 Cirujanos de Estados Unidos fue becado por la Association for Voluntary Surgical Contraception (A.V.S.C.) para aprender la técnica e informar de sus resultados comparándola con la técnica tradicional. La mayoría de ellos indicaron que la vasectomía sin bisturí era más rápida, menos dolorosa tanto durante el acto operatorio como en el postoperatorio, y sangraba menos. Un urólogo que realice vasectomías regularmente puede requerir de 15 a 20 vasectomías sin bisturí para adquirir soltura, aunque es muy difícil que tras haberla practicado quiera volver a efectuar la vasectomía tradicional.

Creemos pues que la vasectomía sin bisturí, con la utilización del termocauterio e interposición de fascia, es el mejor método para conseguir la esterilización definitiva del varón.