Artrosis cervical

¿A quién afecta?

La artrosis cervical puede ser asintomática y tratarse de un hallazgo radiológico incidental, o bien tener un papel como mecanismo perpetuador del dolor cervical por la alteración biomecánica que supone. Se estima que el 80% de las personas mayores de 55 años tiene algún tipo de artrosis cervical y no todos presentan síntomas. En la mayoría de los pacientes, el dolor cervical está relacionado con contracturas musculares que se desencadenan por determinadas actitudes posturales habituales o en consecuencia de una alteración biomecánica por una discopatía cervical. El estrés y el mal descanso nocturno son el origen más frecuente en la población joven. El dolor se localiza de forma preferentemente en la región del trapecio a nivel cervical posterior pudiéndose irradiar hacia la región occipital y hombros.

¿Se puede tratar?

El tratamiento de fisioterapia con calor local y ejercicios específicos de musculatura cervical, torácica y de los hombros que combinen movilización activa y pasiva encaminados a estirar la musculatura; son la piedra angular del tratamiento. Los anti-inflamatorios no esteroideos y los relajantes musculares actúan sobre el espasmo muscular y son útiles en el dolor agudo. En casos realmente refractarios al tratamiento inicial, las infiltraciones en puntos gatillo a nivel de trapecio, pueden ser útiles en pacientes seleccionados