En los últimos años la cardiología está apostando cada vez más por las intervenciones mínimamente invasivas, que permiten resolver problemas cardíacos facilitando una recuperación más rápida y acortando las estancias hospitalarias. Algunas de estas técnicas en un principio estaban reservadas para pacientes con un mayor riesgo quirúrgico, a los que se desaconsejaba una operación de cirugía abierta. En la actualidad estamos viviendo los inicios de un cambio en la práctica asistencial, de manera que este tipo de procedimientos empiezan a ser considerados como una primera opción terapéutica y no un último recurso.

Una de estas técnicas es la implantación transcatéter de válvula aórtica, más conocida como TAVI por sus siglas en inglés, realizada por el equipo de cardiólogos intervencionistas del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon, integrado por los Dres. Julio Carballo, Gustavo Jiménez, Lluís Asmarats y Dabit Arzamendi.

"Estamos asistiendo a lo que podríamos denominar un cambio de paradigma. De manera progresiva y cuando los casos son adecuados, la TAVI se empieza a ofrecer a pacientes de bajo riesgo quirúrgico; hasta no hace tanto se reservaba como una última opción para aquellos pacientes en los que la cirugía abierta suponía un riesgo excesivo. Es probable que a corto plazo la TAVI se convierta ya en la primera opción y solo se reservará la cirugía para aquellos pacientes en los que la TAVI se prevea que no puede ofrecer un buen resultado", explica el Dr. Juli Carballo, cardiólogo intervencionista y jefe de Cardiología del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon.

Durante este año 2021, y a pesar de las circunstancias derivadas de la pandemia de la COVID-19, que han obligado a modificar numerosos protocolos en los centros hospitalarios, el Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon ha venido realizando una media de cinco procedimientos de TAVI mensuales, con lo que ha logrado convertirse en centro de referencia en la sanidad privada de Cataluña, con un volumen de intervenciones comparable al de muchos centros públicos.

Iguales resultados, más rápida recuperación

Dado que los procedimientos realizados a través de punciones, llevados a cabo por los cardiólogos intervencionistas, van exentos de herida quirúrgica, la rapidez con la que los pacientes recuperan un estado general como el previo al de la intervención es muy inmediato: "Un paciente que se ha sometido a una TAVI, de no haber contratiempo alguno, puede recibir el alta hospitalaria entre 48 y 72 horas después de la intervención, lo que supone una gran diferencia con respecto al recambio valvular aórtico quirúrgico", continúa explicando el Dr. Juli Carballo. "Cuando las características de los pacientes permiten realizar el procedimiento bajo sedación, evitando la anestesia general, se contribuye más aún a la simplificación del procedimiento y a la rápida recuperación".

"Las técnicas propias de la cardiología intervencionista permiten, dada la rutina con la que se emplean los accesos vasculares y el uso de catéteres, prevenir complicaciones embólicas mediante la utilización de filtros que se ubican en las arterias carótidas", explica el Dr. Dabit Arzamendi, cardiólogo intervencionista del Instituto del Corazón Quirónsalud Teknon, experto también en valvulopatía mitral: "Es muy importante y diferencial, en este sentido, que los operadores estén familiarizados con los procedimientos de hemodinámica".

Sobre la estenosis aórtica

La estenosis aórtica es la valvulopatía cardíaca más frecuente en los países desarrollados, cuya prevalencia aumenta progresivamente con la edad, y llega a afectar a un 5% de las personas con más de 75 años. Esta patología se produce cuando la válvula aórtica del corazón se estrecha, lo que impide que esta pueda abrirse por completo. Esto reduce y obstruye, por tanto, el flujo sanguíneo del corazón a la aorta y hacia el resto del organismo, y obliga al corazón a trabajar más. Con el tiempo este esfuerzo adicional puede acabar debilitando el músculo cardíaco.

Cuando la estenosis aórtica alcanza un grado severo, se producen principalmente tres síntomas: dolor en pecho o angina, ahogos o disnea y finalmente pérdida de conocimiento provocada porque la sangre no llega al sistema nervioso central en un momento dado. "Cuando aparecen estos síntomas, hasta un 50% de los pacientes fallecen en menos de dos años si no se lleva a cabo ninguna intervención", explica el Dr. Carballo. El Dr. Arzamendi añade: "En algunos casos cuando la estenosis es crítica o rápidamente progresiva, se puede plantear también la intervención antes de que aparezcan síntomas amenazantes". Se ha de hacer hincapié en que el diagnóstico de esta enfermedad valvular puede hacerse identificando un soplo cardíaco y realizando una ecografía cardíaca, que servirá para cuantificar exactamente el grado de estenosis que existe.