Reflexiones Longcovid desde la Nutrición

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Con la pandemia por la COVID-19 hemos vuelto a ver una situación que ya habíamos observado antes con otros virus como el Epstein Barr y es que estos virus pueden quedar latentes en nuestras células y dar sintomatología más tiempo de lo esperado en algunos sujetos.

Algunos de estos síntomas son: fatiga, dificultad respiratoria, dolor de cabeza, foggy mind, parestesias, alteraciones del estado de ánimo, pérdida de apetito, dolor de estómago, dolor muscular y articular, etc.

Estos pacientes que sufren estos síntomas durante meses los hemos clasificado como "pacientes con longcovid o covid persistente" y se ha visto que esta persistencia de síntomas afecta casi a un 10% de los afectados. ¿A partir de cuando se puede considerar que un paciente sufre longcovid? Se considera que un paciente puede sufrir long covid cuando la sintomatología se alarga más allá de las 4-6 semanas de contagio. Cabe destacar que la aparición de longcovid no está relacionada con la gravedad de la infección inicial.

Como ocurre ya desde hace tiempo con el Esptein Barr también se ha visto que los pacientes con long covid sufren estos síntomas fluctúan en el tiempo, es decir, sufren mejoras y empeoramiento de su sintomatología. También se ha visto que empeora su sintomatología con el esfuerzo físico y mental.

En consulta he observado también que algunos pacientes afectados por long covid presentan alteraciones en la calprotectina, que es un marcador inflamatorio intestinal y se ha puesto de manifiesto que la COVID-19 causa un desequilibrio intestinal alterando la integridad de la microbiota intestinal. A todo esto, hay que sumarle la comunicación intestino-pulmón la cual es bidireccional.

A continuación, les voy a dar unos principios activos y unos grupos de alimentos que considero que deben tenerse en cuenta con el paciente con covid persistente y por supuesto deben combinarse con otras intervenciones como es el descanso, el ejercicio físico y la fisioterapia. Considero que son importantes también intervenciones que bajan la carga simpática y estimulan el sistema parasimpático además de las intervenciones nutricionales que se puedan realizar:


Añadir almidón resistente y ghee en la dieta. Estos dos alimentos forman butirato en el intestino y tienen capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica y en el cerebro actuarían como moduladores de la neuroinflamación. Es muy fácil incorporar el ghee en la dieta, se puede consumir en purés, aliños, recetas de repostería saludable, etc. El almidón resistente es el producto que obtenemos al enfriar más de 24 horas patatas y otros almidones que han estado cocinados. Conviene consumir 300g semanales para obtener un efecto beneficioso.

Exposición a la luz solar y valorar la suplementación con vitamina D. La vitamina D debe de estar por encima de 30ng/mL para garantizar una buena respuesta inmune (el sistema inmune alberga receptores de vitamina D) por lo tanto dada la estación de año y si la persona presenta niveles de vitamina D inferiores a 30ng/mL hay que valorar la suplementación con la ayuda de un profesional.

Zinc, cobre, selenio, vitamina A, vitamina B y vitamina C. Estos minerales y vitaminas son básicos para el sistema inmune. Me gustaría recordad que a veces no es útil mirarlos en plasma ya que la concentración en plasma no tiene porque ser igual que la concentración en tejido. Para tener aportes suficientes de estas vitaminas y minerales hay que hacer una dieta saludable dentro del contexto mediterráneo y combinar frutas y verduras. Un recurso para que el paciente consuma fruta y verdura variada para garantizar el aporte de distintas vitaminas y minerales es que añada muchos colores en las ensaladas y purés como si tuviera el propósito de formar un arcoíris. Es un recurso fácil y muy aplicable en el día a día.

L- glutamina. La L-glutamina es un aminoácido muy utilizado en el ámbito del deporte porque favorece la recuperación muscular pero también es útil para el mantenimiento del sistema inmune y el sistema digestivo. Puede ser una buena intervención suplementar con L-glutamina.

Saccharomyces boulardii CNCM I-745 o Lactobacillus rhamnosus GG. Diversos metaanálisis y varios estudios controlados han probado como las cepas de Saccharomyces boulardii CNCM I-745 o Lactobacillus rhamnosus GG presentan mejorías en diarreas de pacientes afectados por long covid. Además, los probióticos son muy seguros de utilizar y el paciente no corre ningún tipo de riesgo con esta intervención.

Curcumina y gingerol. El gingerol es el principal principio activo del jengibre y ejerce un potente efecto antioxidante y antiinflamatorio. Recomiendo tomarlo rallado en ensaladas, purés y en infusiones. La curcumina es el estilbeno más activo de la cúrcuma. Para absorber bien la curcumina recomiendo tomarlo con una bebida vegetal, aceite de coco y un poco de pimienta. De esta forma garantizamos su biodisponibilidad. Además, la curcumina es neuroprotectora, por lo que es útil en la foggy mind que causa la covid persistente.

Omega 3 (EPA y DHA): Los ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega 3 demuestran un papel en la resolución de la inflamación. El omega 3 más útil y biodisponible es el que proviene de pescados azules de menor tamaño como las sardinas, el jurel y la caballa. Los mejillones y el pulpo también son buenas fuentes de omega 3.


A parte de incluir estos alimentos y principios activos mencionados es importante evitar los alimentos pro inflamatorios como el azúcar, los aceites vegetales que no sean de oliva, edulcorantes, grasas saturadas. Hay que limitar el consumo de alimentos ultraprocesados y basarse en comida real el 90% del tiempo porque sino por mucho que el paciente incluya los alimentos mencionados arriba seguirá estando inflamado debido a los picos de azúcar y la oxidación que comporta comer productos ultraprocesados.


Dra. Maria Real Calpell

Especialista en Farmacia y Nutrición. Consulta Privada.