Ligamentos

¿Qué son los ligamentos? ¿Cuál es su función?

Los ligamentos son cintas o fascículos de tejido fibroso denso que se insertan en los huesos o cartílagos y que sirven como medio de unión de las articulaciones. En la rodilla encontramos cuatro ligamentos principales: dos periféricos laterales (externo e interno) y dos centrales (cruzado anterior y posterior), que actúan como cordeles flexibles que unen fuertemente el fémur y la tibia.

¿Cuáles son las lesiones más frecuentes?

La lesión ligamentosa más frecuente en la rodilla es, sin lugar a dudas, la del ligamento cruzado anterior (LCA), y la del lateral interno.

¿Cuáles son las causas?

La lesión ligamentosa se produce siempre con el pie apoyado, por una torsión del cuerpo con respecto a la rodilla. Según la dirección de la fuerza y la intensidad se lesionarán uno o más ligamentos.

La asociación más conocida es la llamada tríada anterior interna o lesión conjunta del LCA, el ligamento lateral interno y el menisco. Esta lesión es conocida también como la "tríada desgraciada", porque cuando quedó descrita, en los años 50, tenía muy mal pronóstico. Hoy día, afortunadamente, es relativamente sencilla de tratar: se aplica una pequeña inmovilización para que cicatrice el ligamento lateral y al mes siguiente se practica una plastia del LCA por artroscopia.

La lesión del LCA se suele producir durante la práctica de deportes, habitualmente en la recepción del salto o bien con apoyo del pie girando el cuerpo y quedando el pie en rotación interna. Por su parte, la lesión del ligamento cruzado posterior (LCP, el ligamento más potente del cuerpo, cuya función es evitar que la rodilla se desplace hacia atrás) es típica de los accidentes de tráfico en los que se produce un fuerte golpe en la parte anterior de la rodilla.

¿Cuáles son los síntomas?

  • Movilidad anormal: el paciente nota que la rodilla "se le va" hacia un lado
  • Dolor: si se trata de una lesión de ligamento lateral interno, el dolor se manifiesta durante todo el trayecto del ligamento, con particular dolor en el punto de la inserción alta a nivel del cóndilo femoral. Este dolor se agrava con cualquier movimiento (en especial al estirar completamente la pierna) e incluso sin realizar movimiento alguno
  • Impotencia funcional: incapacidad para realizar todo el juego de la articulación
  • Derrames internos: en el caso de los ligamentos centrales, la rodilla se hincha y se llena de sangre

¿Cómo se diagnostican?

Para establecer un diagnóstico correcto contamos con los siguientes instrumentos:

  • Historia clínica: el paciente explica lo que le ha pasado la posición de la rodilla respecto al cuerpo, si le ha fallado o no, si ha oído o no un crujido, si se le ha hinchado y en qué sitio le duele.
  • Exploración física: es especialmente importante en el caso de las lesiones de ligamentos, ya que con una serie de maniobras establecidas (test de Lachman, test dinámicos, bostezos laterales) reproducen una sensación de movilidad anormal de la rodilla que es claramente percibida tanto por el lesionado como por el especialista, de modo que este último puede llegar a identificar la lesión con gran fiabilidad.

Para conocer la extensión y gravedad de la lesión, existe un aparato, el artrómetro KT 1000, quemide los milímetros de juego que tiene la rodilla.

  • Resonancia magnética nuclear: en algunos casos la lesión de LCA no es claramente visible, pero casi siempre esta técnica diagnóstica permite verificar la lesión de ligamentos y clarificar si la lesión viene asociada a daño meniscal

¿Cuál es el tratamiento?

El ligamento lateral interno generalmente cicatriza muy bien con una férula ortopédica y rehabilitación sin tener que usar para nada el yeso.

El tratamiento de una lesión ligamentosa de la rodilla dependerá de la edad y del estilo de vida del paciente. A cierta edad se puede vivir perfectamente con un LCA roto, si no hay ninguna motivación deportiva, pero si se trata de una persona joven, y con la lógica motivación deportiva, se verá limitado por la inestabilidad de su rodilla, particularmente en gestos deportivos como la recepción del salto o el cambio brusco de dirección. Se debe tener en cuenta además que 20 o 25 años después de lesionarse la articulación se habrá degradado.

¿Cómo se practica la cirugía?

Realizamos dos técnicas de reparación de LCA:

  • Plastia de tendón rotuliano. Consiste en tomar el tercio medio del tendón rotuliano (parte anterior de la rodilla) y sustituir con él el ligamento lesionado, fijándolo al hueso con una pastilla ósea de la rótula y otra de la tibia. Se inserta mediante artroscopia en la rodilla, colocando las pastillas óseas dentro del hueso. El fragmento de tendón de la rótula se regenera. Esta técnica se emplea en pacientes que ejercen una gran demanda sobre sus rodillas (deportistas: fútbol, motos de montaña, baloncesto, balonmano)
  • Plastia de semitendinoso y recto interno. La técnica es similar a la anterior, pero el fragmento de tendón empleado no se extrae de la rótula sino que son los tendones que forman la pata de ganso. Se utiliza en pacientes con menos exigencias deportivas o bien de mayor edad.

En ambos casos el injerto se fija al hueso con materiales reabsorbibles.

En caso de lesión del LCP, siempre utilizamos un injerto de tendón de Aquiles del banco de tejidos, ya que es el más grueso del cuerpo humano.

¿Cómo es el postoperatorio?

Si se trata de una lesión de LCA aislada se permite la marcha apoyada del paciente con bastones desde el primer dia y se inicia inmediatamente la recuperación funcional. Para caminar se utiliza una férula de protección. La práctica de deportes como la bicicleta o la natación se puede reemprender a los 3 meses, y los deportes de contacto, más adelante.

¿Se pueden prevenir las lesiones de ligamentos?

Algunos consejos para intentar evitar los traumatismos que provocan este tipo de lesiones son: mantenerse en forma, hacer un buen calentamiento antes de realizar ejercicio intenso y retirarse cuando el cansancio comience a hacer mella: son numerosas las lesiones que hemos visto producidas en "la última bajada del día" (esquí), cuando la fatiga ya ha afectado el rendimiento y el tono muscular no permite controlar todos los movimientos de la rodilla. Es entonces cuando la articulación es más susceptible de sufrir una lesión ligamentosa.