Cáncer de recto

El recto es la parte final del intestino grueso, tiene unos 15 cm de longitud y termina en el ano. El cáncer de recto es una enfermedad maligna que se presenta con más frecuencia a partir de la sexta década de la vida y que se caracteriza por pérdidas de sangre roja por el ano, sensación de peso en el ano (ganas constantes de hacer de vientre), insatisfacción y dificultad en defecar (al terminar de hacer de vientre se siguen teniendo ganas) y salida de moco y/o sangre con las heces. En casos avanzados puede aparecer afectación del estado general con cansancio, pérdida de apetito y pérdida de peso.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se realiza por los síntomas y se confirma con el tacto rectal (palpación con el dedo del recto), enema opaco y rectoscopia con biopsia. Ésta ultima, a parte de confirmar el diagnóstico, nos orienta sobre las características del tumor, extensión y distancia desde el margen anal. La TAC abdominal sirve para descartar afectación hepática y del resto de la cavidad abdominal y la ecografía transanal sirve para ver el grado de invasión del tumor en las paredes del recto y si tiene ganglios afectados junto al tumor.

¿Cuál es el tratamiento?

El único tratamiento curativo es la cirugía, no obstante, es un cáncer con buena respuesta a la quimio y radioterapia. Si en el estudio preoperatorio el tumor presenta signos de infiltración profunda en los tejidos o ganglios positivos, los nuevos protocolos incluyen quimio y radioterapia preoperatoria previa para mejorar el pronóstico de la enfermedad. Dependiendo de su localización, a menos de 5 cm del margen anal y de la experiencia del equipo quirúrgico, en la cirugía puede ser necesario realizar una amputación abdominoperineal con colostomía definitiva (colocación de bolsa) o no (lo cual es muy importante para la calidad de vida de la persona que padece la enfermedad). Actualmente, un equipo con amplia experiencia en cirugía, puede practicar una extirpación del tumor y del recto afectado curando así el tumor y realizando un empalme del colon sano con el ano, siendo pocos los casos en que se deben dejar colostomías definitivas (bolsa), muy común hace unas décadas o en equipos que no tienen una amplia experiencia en esta patología.

El tratamiento quirúrgico consiste en la extirpación del recto (resección anterior baja) y realización de una anastomosis coloanal o colorectal (empalme del colon con el ano o con el recto inferior dependiendo de la localización del tumor). Se debe realizar un excisión completa del mesorecto que incluye los ganglios por donde se extiende el tumor. Esta cirugía, puede y se esta haciendo en los centros especializados por laparoscopia. Si no se realiza por laparoscopia, se necesita abrir todo el abdomen para poder realizar la operación siendo altos los riesgos de infección de herida, hernias después de la cirugía, dolor postoperatorio, cicatrices y recuperación más lenta. La cirugía laparoscópica que exige centros especialmente preparados, permite realizar una cirugía radical (igual que la cirugía abierta), pero sin los problemas anteriormente descritos.