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El cáncer en el hombre, cuál es el más común y cómo se trata

El cáncer más frecuente en el hombre es el de próstata, sin embargo, no es el tumor que ocasiona más mortalidad. El Dr. Joan Carles nos explica cómo se detecta y cómo se trata uno de los principales problemas de la salud masculina.

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El cáncer más frecuente en el hombre es el cáncer de próstata, sin embargo, no es el tumor que ocasiona más mortalidad ya que, en la mayoría de las ocasiones, se presenta en estadios localizados. En nuestro medio se estima que únicamente alrededor de un 5% de estos tumores se diagnostican inicialmente con enfermedad metastásica.

Los síntomas pueden ser variados, pero el más frecuente es la alteración y/o dificultad para orinar. En las fases iniciales de la enfermedad no causa ninguna alteración perceptible por el paciente, en cambio, en casos de enfermedad localmente avanzada o metastásica, se pueden presentar cuadros cómo sangre en la orina (infiltración de la vejiga), inflamación de las piernas o de la zona del escroto (dificultad de drenaje linfático), o bien dolor óseo debido a la existencia de metástasis.


¿Es necesario el cribado?

Si bien suscita mucha controversia entre los especialistas el establecer programas de cribado en los varones entre 50 y 70 años, las sociedades científicas coinciden en que no es necesario aplicar una política de cribaje a los hombres de más de 70 años. Existen distintas pruebas para detectar el cáncer de próstata a tiempo, pero las más relevantes son el tacto rectal y la determinación del PSA. Es muy importante que una persona que quiera realizar pruebas de diagnóstico precoz sea informada de la posibilidad del sobretratamiento, es decir, en algunos casos se puede diagnosticar y realizar un tratamiento por un tumor que no va a condicionar su pronóstico de vida pero que, por el contrario, la aplicación de este tratamiento sí que le podría ocasionar un problema de salud. Por esta razón es muy importante que antes de iniciar un programa de cribaje hable con el médico especialista, fundamentalmente con el urólogo.

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La importancia del comité multidisciplinar

Tal como hemos comentado en la mayoría de los casos se diagnostica la enfermedad localizada, por lo que los tratamientos tendrán este enfoque. Ante cualquier diagnóstico positivo, antes de tomar una decisión terapéutica, es necesario que cada caso sea presentado ante un comité multidisciplinar. Una evaluación individualizada y una visión multidisciplinar son el foco de los Comités de Tumores. Estos comités tienen la misión de reunir a todos los profesionales que participan en el proceso diagnóstico y terapéutico con el único objetivo de abordar y consensuar la decisión de tratamiento más adecuada para cada enfermo y optimizar el seguimiento del paciente durante todas las etapas de su enfermedad.

Las opciones en tratamientos con fines curativos son la cirugía (prostatectomía radical), ya sea abierta, laparoscópica o robótica, y el tratamiento de radioterapia. La experiencia de los especialistas, cirujanos y radiooncólogos, es clave en cada caso.

Por otra parte, en según qué casos, los médicos pueden recomendar, en vez de tratamiento, la vigilancia activa. La vigilancia activa puede ser la alternativa para aquel cáncer de próstata que no ocasiona síntomas, se espera que crezca muy lentamente y está confinado a una pequeña zona de la próstata.


Secuelas, ¿afectan a la vida sexual?

Los tratamientos del cáncer de próstata pueden producir efectos secundarios y secuelas. Tanto la radioterapia como la cirugía pueden afectar a la vida sexual de los enfermos causando impotencia. Esto se debe a la afectación de los nervios y vasos que intervienen en la erección, lo que provoca la impotencia denominada coeundi y que imposibilita para el coito. Pero la afectación es distinta si es causada por la cirugía o por la radioterapia. En la cirugía la impotencia aparece inmediatamente tras la intervención y puede ir mejorando a lo largo del tiempo, en cambio, en el tratamiento con radioterapia la evolución es al revés. Inicialmente no parece que exista deterioro pero este puede aparecer con el paso de los años; la fibrosis originada por la radioterapia ocasiona un deterioro progresivo de los vasos y de los nervios responsables de la erección.


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Imagen | Freepik.es

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