Cómo proteger la piel de los niños frente al calor extremo
Durante el verano, el aumento de las temperaturas y la humedad ambiental puede tener efectos importantes en la salud infantil, especialmente en la piel. Más allá del riesgo de deshidratación, golpes de calor o picaduras de insectos, las condiciones climáticas propias de esta época también pueden favorecer la aparición de infecciones cutáneas como el impétigo, una dolencia muy común en la infancia y altamente contagiosa.
En este artículo, como pediatra en Centro Médico Teknon, te explico por qué el calor puede afectar a la piel de los más pequeños y qué medidas podemos tomar para prevenir complicaciones.
Qué es el impétigo y por qué aparece más en verano
El impétigo es una infección bacteriana superficial que afecta con frecuencia a niños pequeños, especialmente durante los meses de verano. Aunque no suele ser grave, sí puede resultar muy molesta y extenderse rápidamente si no se trata a tiempo.
Durante el verano, varios factores aumentan el riesgo de sufrir esta infección: el sudor, la humedad, el uso prolongado de ropa de baño, la exposición solar y el contacto físico frecuente en actividades como campamentos, juegos al aire libre o baños en piscinas.
Además, pequeñas heridas, picaduras o rasguños pueden actuar como puerta de entrada para las bacterias responsables del impétigo, como Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes.
Prevención: higiene y vigilancia
Existen algunas medidas sencillas que ayudan a prevenir el impétigo, sobre todo durante las actividades estivales:
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Ducharse tras la piscina o la playa y secar bien toda la piel, con especial atención a los pliegues.
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Evitar que los niños permanezcan con el bañador mojado durante mucho tiempo.
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No compartir toallas, ropa, cepillos u objetos personales.
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Mantener las uñas cortas y limpias para evitar infecciones por rascado.
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Limpiar bien cualquier picadura, herida o arañazo, aunque parezca leve.
La prevención es clave, sobre todo en ambientes con mucha interacción física entre niños.
¿Cuándo acudir al pediatra?
Aunque el impétigo no suele ser una infección grave, hay que estar atentos si las lesiones se extienden con rapidez, si el niño presenta fiebre o malestar general, o si las heridas están inflamadas, enrojecidas o duelen al tacto. Estos signos pueden indicar una infección más profunda que requiera un tratamiento más específico.
En caso de que aparezcan lesiones sospechosas en la piel, es importante acudir a consulta pediátrica. En la mayoría de los casos, el tratamiento es sencillo y eficaz, y suele consistir en la aplicación de cremas antibióticas. Cuanto antes se diagnostique, menor será el riesgo de contagio y de posibles complicaciones.