Cirugía de Mohs: una técnica precisa y eficaz para el tratamiento del cáncer de piel

El cáncer de piel es uno de los tumores más frecuentes a nivel mundial y se estima que su incidencia global seguirá aumentando, principalmente en países desarrollados con poblaciones envejecidas. Esto último subraya la necesidad de estrategias de prevención, un diagnóstico precoz y tratamientos cada vez más precisos.
¿Qué es la cirugía micrográfica de Mohs (CMM)?
La cirugía micrográfica de Mohs (CMM) es una técnica quirúrgica especializada para extirpar tumores cutáneos con alta eficacia y preservando la mayor cantidad de tejido sano posible. No tiene indicación en todos los tipos de cáncer de piel, pero tiene especial utilidad cuando el tumor tiene alto riesgo de recurrencia, está mal delimitado o está localizado en áreas con importante repercusión estética dónde la preservación de tejido sano es primordial.
¿Qué tipos de cáncer de piel se tratan con la técnica de Mohs?
La CMM es especialmente útil en el carcinoma basocelular y el carcinoma escamoso, los tipos más comunes de cáncer de piel. Esta técnica o sus variantes, en determinadas situaciones, pueden aportar beneficio en otros tumores de piel como son el lentigo maligno, el dermatofibrosarcoma protuberans o tumores anexiales (carcinoma mucinoso, carcinoma sebáceo, cilindroma maligno,…), entre otros. Es habitual realizar una biopsia del tumor para confirmar el diagnóstico antes de planificar la intervención quirúrgica.
¿Cómo se realiza la intervención?
La CMM es un procedimiento ambulatorio que se realiza con el paciente despierto en la mayoría de casos y asegura un análisis microscópico del 100% de los márgenes del tumor. Consta de los siguientes pasos:
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Asepsia o limpieza del área a operar.
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Delimitación del tumor y de un margen de tejido sano que suele ser de 1-3mm.
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Administración de anestesia local, de modo que el paciente permanece consciente, pero sin dolor.
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En una primera etapa se realiza un debulking o raspado superficial del tumor visible y la extirpación del tejido hasta el margen delimitado al inicio de la cirugía.
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El tejido extirpado se marca para orientarlo y se remite al laboratorio para procesarlo.
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El mismo cirujano o un equipo de anatomía patológica estudian la muestra procesada en el microscopio y comprueban el 100% de los márgenes extirpados.
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Si el estudio de los márgenes de la primera etapa resulta negativo para células tumorales, se procede al cierre quirúrgico del defecto resultante y se da por finalizada la cirugía.
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Si el estudio de los márgenes de la primera etapa resulta positivo para células tumorales, se procede a realizar una segunda etapa extirpando únicamente el tejido dónde persisten células malignas. A continuación, se repiten los puntos 5 y 6. Este proceso se repite el número de veces, o etapas, que sea necesario hasta obtener un resultado negativo de los márgenes para células tumorales. Una vez confirmado que el 100% de los márgenes están libres de células malignas, se procede al cierre quirúrgico del defecto y se da por finalizada la cirugía.
Los puntos 5 y 6 tienen una duración de tiempo variable en función del tamaño del tumor y del tiempo de procesamiento y análisis de la muestra en el laboratorio, pero suele ser alrededor de una hora. Durante éste tiempo, el paciente permanece en espera y bajo observación dentro del área quirúrgica.
Dado que no es posible saber cuántas etapas se va a necesitar para extirpar por completo el tumor, los pacientes deberían estar preparados para pasar unas cuantas horas en el centro médico; en la mayoría de casos el proceso finaliza el mismo día. Aun así, en algunas ocasiones esto no es posible y se planifica para acabarlo otro día.
El cierre del defecto quirúrgico dependerá de la localización y del tamaño del mismo. Se puede cerrar de forma directa dejando una cicatriz en línea recta o requerir de un procedimiento más complejo.
Cuidados postoperatorios y recuperación
En cuanto a los cuidados postoperatorios es el propio cirujano quien da las indicaciones al paciente al momento de dar el alta. En general, se indica mantener la herida limpia, secarla bien y según el caso se pueden aconsejar curas con antiséptico local o crema antibiótica. Se debe evitar frotar o traumatizar el área intervenida y protegerla del sol durante semanas. Normalmente se retiran los puntos al cabo de 1 o 2 semanas.
El tiempo de recuperación es variable, pero la mayoría de pacientes pueden hacer vida normal tras la cirugía o a los pocos días de la misma. El dolor postoperatorio suele estar bien tolerado y se pueden indicar analgésicos orales si es preciso.
La CMM se considera un procedimiento seguro. Las complicaciones, si aparecen, suelen ser leves y son las propias de cualquier procedimiento quirúrgico local: infección, sangrado o problemas de cicatrización, entre las más frecuentes.
Dado que es un proceso que se realiza con anestesia local en la mayoría de las ocasiones, no suele requerir de ayuno. En algunos casos, se puede indicar suspensión temporal de algunos fármacos anticoagulantes o antiagregantes unos días previos a la cirugía para prevención del sangrado.
Ventajas y resultados de la cirugía de Mohs
En resumen, la CMM es un procedimiento quirúrgico ambulatorio seguro y eficaz. Permite el análisis del 100% de los márgenes periféricos y profundos, preservando el máximo de tejido sano y por lo tanto optimizando al máximo los resultados funcionales y estéticos. Su precisión microscópica y elevada tasa de curación lo han convertido en "estándar de oro" para muchos casos de cáncer de piel.
Prevención del cáncer de piel
Finalmente, es importarte remarcar la importancia de las medidas preventivas del cáncer cutáneo como son la fotoprotección y evitar exposiciones solares intensas. Además, realizar autoexploraciones y programar revisiones dermatológicas regulares favorece el diagnóstico temprano de cáncer cutáneo y, por tanto, mejora el prónostico y facilita el tratamiento de los tumores detectados.




