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La urología ha sido siempre una especialidad quirúrgica pionera en la incorporación de nuevas tecnologías. Hoy, gracias a la laparoscopia, la robótica y el desarrollo imparable de la inteligencia artificial, estamos viviendo un auténtico cambio.

Una cirugía más precisa y menos agresiva

Durante décadas, el tratamiento del cáncer renal ha sido principalmente quirúrgico. Lo sigue siendo, pero el enfoque ha cambiado radicalmente. Ahora priorizamos la preservación del riñón y la mínima agresión para el paciente. La cirugía mínimamente invasiva, primero con laparoscopia y ahora con robótica, ha transformado nuestra práctica.

La laparoscopia supuso un avance decisivo: mejor recuperación sin comprometer el resultado oncológico. La cirugía robótica, por su parte, ha acortado la curva de aprendizaje de los nuevos especialistas y ha aumentado la precisión quirúrgica, haciendo accesible esta técnica a más pacientes y centros.

¿Cuándo recurrimos a la cirugía abierta?

Aunque la tendencia es clara, seguimos recurriendo a la cirugía abierta en situaciones muy específicas: tumores renales de gran tamaño o casos en los que no es posible manipular con seguridad las estructuras anatómicas. Aun así, hemos logrado ampliar enormemente las indicaciones de la cirugía mínimamente invasiva, incluso en situaciones tan complejas como trombos tumorales dentro de la vena cava.

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Nuevas opciones para el cáncer renal y vesical

Además de la cirugía convencional, están surgiendo nuevas estrategias:

• Cáncer renal: en este campo veremos la irrupción de técnicas ablativas de los tumores, es decir, procedimientos que destruyen el tumor sin necesidad de extirparlo quirúrgicamente. Estas técnicas competirán con las resecciones quirúrgicas (en las que se extirpa el tumor), la mayor parte de ellas realizadas mediante cirugía robótica. La decisión de utilizar una u otra estará en el equilibrio entre agresividad del tumor y su potencial letalidad, junto con la expectativa de vida del paciente.
• Cáncer de vejiga: sus estándares de manejo son la resección transuretral (endoscópica) de las lesiones poco infiltrantes, y la cistectomía (extirpación total de la vejiga) en las lesiones más agresivas. Esta se debe realizar, salvo algunas contraindicaciones, mediante cirugía robótica, que tiene los mismos resultados oncológicos con una mejor recuperación de los paciente

El papel de la inteligencia artificial

Estamos ante una herramienta que en cinco años será imprescindible. Ya es capaz de interpretar imágenes de resonancia y muestras de anatomía patológica con una precisión comparable a la de los expertos. No sustituirá al profesional, pero sí mejorará la calidad del diagnóstico y del tratamiento.

La inteligencia artificial jugará un papel clave en la toma de decisiones clínicas. Integrará información clínica, analítica, genética y radiológica para ofrecer recomendaciones personalizadas. Incluso en quirófano, pronto nos asistirá para prevenir complicaciones y optimizar cada paso del procedimiento.

Quienes trabajamos en cirugía urológica debemos asumir este cambio como una oportunidad. Estamos viviendo un momento extraordinario en el que la precisión, la recuperación del paciente y la tecnología van de la mano. En Centro Médico Teknon, apostamos por seguir a la vanguardia, combinando experiencia, innovación y humanidad para ofrecer la mejor atención posible.