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Cómo cuidar la salud de la próstata a cualquier edad

La salud prostática es clave para el bienestar masculino y depende de la prevención, los hábitos saludables y las revisiones periódicas. En este artículo te explico cómo cuidar la próstata en cada etapa de la vida y por qué la detección precoz es fundamental.

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La salud prostática depende de la prevención, los hábitos saludables y las revisiones periódicas. Te explico cómo cuidarla en cada etapa de la vida.

La próstata: una glándula pequeña con gran importancia

La próstata es una glándula exclusiva del hombre, situada justo debajo de la vejiga y rodeando la uretra. Aunque es pequeña, cumple una función esencial: produce el líquido prostático, que protege y nutre a los espermatozoides, favoreciendo la fertilidad.

Su ubicación explica también por qué, cuando aumenta de tamaño, puede causar síntomas urinarios como dificultad para orinar o necesidad de hacerlo con frecuencia.

Cambios naturales con el paso del tiempo

A medida que pasan los años, la próstata tiende a aumentar de tamaño. Es lo que conocemos como hiperplasia prostática benigna (HBP). Se trata de un crecimiento no cancerígeno, muy común a partir de los 50 años, que puede afectar a la calidad de vida, pero no implica un mayor riesgo de cáncer.

El cáncer de próstata aparece con mayor frecuencia a partir de los 60 años y suele desarrollarse sin síntomas en las fases iniciales. Por eso, las revisiones periódicas son fundamentales para detectarlo a tiempo.

Cuándo realizar una revisión prostática

Recomiendo realizar un chequeo prostático entre los 45 y los 50 años, o antes si existen antecedentes familiares de cáncer de próstata o factores de riesgo específicos.

Durante la revisión se realiza un análisis de sangre para determinar el PSA (antígeno prostático específico) y una exploración física que permite valorar el tamaño y la consistencia de la glándula. En caso de duda, se completan con pruebas como la resonancia magnética multiparamétrica o la biopsia dirigida, que permiten un diagnóstico más preciso y menos invasivo.

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Hábitos para mantener una próstata sana

La salud prostática depende, en gran parte, del estilo de vida. Algunos hábitos que ayudan a prevenir enfermedades son:

  • Mantener un peso saludable.

  • Practicar actividad física regular.

  • Seguir una alimentación rica en frutas, verduras y pescado azul.

  • Evitar el exceso de alcohol y tabaco

  • Mantener una vida sexual activa, ya que la eyaculación regular favorece la salud prostática.

Además, la prevención pasa por no descuidar las revisiones urológicas. Un simple análisis y una exploración anual pueden marcar una gran diferencia en el pronóstico.

Avances que mejoran el diagnóstico y el tratamiento

En los últimos años, hemos avanzado notablemente en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de próstata. Técnicas como la ecografía por micro ultrasonidos o el PET PSMA permiten localizar con precisión las lesiones y valorar su extensión.

También se han incorporado tratamientos focales —como HIFU, crioterapia o electroporación—, que destruyen únicamente la zona afectada, preservando la función sexual y urinaria en casos seleccionados. Estos avances nos permiten ofrecer tratamientos más personalizados, eficaces y menos agresivos.

La detección precoz salva vidas

Cuidar la próstata es cuidar la salud en general. A partir de los 45 años, realizar una revisión periódica con el urólogo es una medida sencilla que puede evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida. La detección precoz sigue siendo la herramienta más eficaz para garantizar un futuro saludable.

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