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La oportunidad de llegar a tiempo

Cada vez que diagnostico una lesión maligna (cáncer) en una prueba de imagen, como radiólogo, pero sobre todo como persona, me hago la misma pregunta: ¿Cuánto tiempo lleva ahí ese tumor?, ¿se podría haber diagnosticado antes?

Cáncer de mama IBCCCáncer de mama IBCC

Seguramente la curiosidad y el cuestionarme las cosas, hayan estado en la base de mi vocación médica.

Cuando las respuestas que encuentro a mis dudas favorecen la mejor situación de un paciente, mi compromiso como médico se refuerza, y aunque consciente de que supone un solo paso más de un largo recorrido, mi motivación a seguir buscando respuestas se renueva.

Cada vez que diagnostico una lesión maligna (cáncer) en una prueba de imagen, como radiólogo; pero sobre todo como persona, me hago la misma pregunta: ¿Cuánto tiempo lleva ahí ese tumor?, ¿se podría haber diagnosticado antes?

¿Qué preguntan las pacientes?

A la paciente, a la mujer que se le diagnostica un cáncer de mama, no le interesa si se ha hecho con la mejor tecnología del mundo, ni el tipo de biopsia necesaria para su confirmación, ni el subtipo inmunohistoquímico, ni siquiera el estadiaje locorregional preciso. Todo ello, obviamente, es importante; pero lo que cada paciente siempre va a preguntar y lo único que le importa en ese momento es si se va a curar, si hemos llegado a tiempo, si podemos eliminar ciertas y angustiosas incertidumbres que le permitan no perder o retomar de nuevo, el control de su vida.

Es fácil entender que la respuesta a esta pregunta estará condicionada por el tiempo que transcurra desde que aparezca la lesión hasta que se realice el diagnóstico, lo que en medicina se conoce como prevención secundaria. Un diagnóstico precoz supondrá una mayor oportunidad de conseguir la curación. Pero no solo es eso, no basta con "ver y pinchar".

En este proceso, la paciente está en el centro de nuestra atención, la miramos a los ojos, empatizamos con ella, le explicamos el resultado que hemos obtenido para después guiarla hacia el tratamiento adecuado. Comunicamos información y también transmitimos, manejamos y compartimos emociones.

Siempre tengo muy presente que no diagnostico ni trato enfermedades, sino a personas.

El trato humano, clave en la medicina personalizada

Cuando hablamos de medicina, y más en pleno siglo XXI, solemos centrarnos y apoyarnos en los nuevos avances tecnológicos, en la constante formación y actualización, incorporando los últimos modelos de máquinas y en ofrecer siempre el más sofisticado de los tratamientos. Sin embargo, esto no puede ir en detrimento del trato humano, que ha de ser, también, clave de nuestra labor en equilibrio con una medicina de vanguardia y personalizada.

Para ello, es fundamental crear equipos humanos centrados en la paciente. La protagonista es ella, debemos escucharla, entenderla y dar, en lo posible, respuesta a sus inquietudes cada uno de los integrantes del equipo, …

Hacia el cribado individualizado

Sabemos que el cáncer de mama es el más frecuente en la población femenina, 1 de cada 8 mujeres desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida. La mamografía sigue siendo la principal prueba para el cribaje poblacional de cáncer de mama, que en España se realiza de manera bienal a todas las mujeres entre los 50 y 69 años. No obstante, continuamente me planteo si es la mejor estrategia. Inquietud que compartimos no pocos profesionales que nos dedicamos a la patología mamaria.

Cuando una paciente me pregunta ¿doctor cada cuánto tiempo debo controlarme?, no tengo una respuesta definitiva. De la misma manera que no todos tenemos el mismo fototipo de piel, no todas las mujeres tienen el mismo tipo de pecho, por lo que se debería realizar un cribado individualizado dependiendo del riesgo de cada paciente de desarrollar cáncer de mama.

Nos proponemos, por ejemplo, determinar el riesgo de manera individual para así poder establecer una estrategia de cribado. El cribado personalizado no solo busca determinar el riesgo individualizado y la frecuencia de este, sino la manera de realizarse. ¿Es suficiente con una mamografía?, ¿debo añadir una ecografía?, ¿y la resonancia magnética? Todas estas técnicas se complementan, pero no siempre son necesarias ni están disponibles con facilidad, como en el caso de la resonancia magnética. ¿Existe una técnica que reúna la accesibilidad de la mamografía, inocua (como la ecografía) y con la sensibilidad de la resonancia magnética? La respuesta es no, o mejor dicho, no aún.

En busca de nuevas tecnologías diagnósticas

He tenido la oportunidad de unirme al proyecto QUSTom (www.qustom project.euEste enlace se abrirá en una ventana nueva) en el que participan seis instituciones de referencia mundial. Este intenta desarrollar una nueva tecnología para el estudio de la mama mediante ultrasonidos y supercomputación, utilizando modelos que ya han demostrado su eficacia en el estudio del subsuelo terrestre. La tecnología propuesta utilizaría algoritmos para generar imágenes basadas en ultrasonidos sin precedentes, muy similares a las obtenidas por resonancia magnética.

El cáncer de mama tiene altas posibilidades de curarse y, en un futuro cercano, de cronificarse en el peor de los casos. Si embargo, aún tenemos que lamentar que, en ocasiones, no es así, y es en estos casos en los que me vuelve a venir la misma pregunta del principio: ¿Y si lo hubiéramos diagnosticado antes?, ¿podríamos haber determinado el riesgo de la paciente y haberlo hecho diferente, haberla cribado de otra manera? Y es más, ¿para cuándo una técnica que reúna los beneficios de las ya existentes y que mejore el cribado?

Trabajamos para ello, cada paciente tiene un riesgo y debería haber una manera individualizada de detectarlo y controlarlo. Así es como evolucionamos, con curiosidad, inquietud, inconformismo y ambición de mejora.

Así es como queremos seguir ganando batallas y poder llegar a ofrecer todas las oportunidades de llegar a tiempo.

International Breast Cancer Center (IBCC)

El IBCCEste enlace se abrirá en una ventana nueva es el primer centro hiperespecializado en cáncer de mama de España, concebido desde un enfoque global, humanista y científico de máximo nivel. Es un proyecto impulsado por el reconocido oncólogo Dr. Javier Cortés Castán con su equipo, tras 20 años dedicados a la investigación y el tratamiento del cáncer de mama.

El modelo asistencial del IBCC está orientado a determinar el mejor diagnóstico posible para prescribir el tratamiento más eficaz para cada paciente y aborda el tratamiento, gestión y acompañamiento personalizado de sus pacientes y su entorno familiar y afectivo.

Este centro, nacido en Barcelona, tiene una gran vocación internacional y, a este respecto, lidera la investigación de numerosos ensayos clínicos internacionales de cáncer de mama para ofrecer los tratamientos más innovadores y eficaces para cada paciente y para cada tipo de tumor, incluso en los casos avanzados y refractrarios.

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