Brazo

Traumatismos del brazo

Traumatismos del brazoLa región anatómica del brazo se encuentra entre el hombro y el codo albergando un solo hueso que es el húmero. A través del brazo discurren las arterias y nervios en su trayecto hacia el antebrazo y la mano. Los traumatismos en el brazo son poco frecuentes aunque enormemente limitantes ya que podrían impedir la utilización de la mano durante su recuperación. Disminuir estos tiempos de recuperación es nuestro objetivo a través de procedimientos mínimamente invasivos que no añaden más agresión a los tejidos de la que ha producido el traumatismo.

Fracturas de húmero

Fracturas de húmeroLas fracturas de húmero son poco frecuentes (5%) y obedecen a un impacto de alta energía, ya que en esta región el hueso es de tipo cortical y por lo tanto muy duro. Los deportes de contacto como las artes marciales, así como deportes que puedan producir caídas violentas (automovilismo, motociclismo, ciclismo, barranquismo, parapente) predisponen a sufrir este tipo de fracturas. Su tratamiento generalmente suele ser no quirúrgico pero en algunas ocasiones la estabilización requiere de una mínima intervención para la introducción de un tutor intraóseo de forma que el paciente pueda reincorporarse a su actividad habitual lo antes posible.

Rotura de bíceps braquial

Rotura de bíceps braquialLas lesiones traumáticas del bíceps son poco frecuentes y prevalecen en varones entre 40 y 60 años que sufren una extensión brusca e inesperada del codo cuando éste está flexionado. El músculo bíceps tiene dos anclajes en el hombro y uno en el codo pudiéndose romper en cualquiera de los tres. La rotura más frecuente(96%) es la de uno de los anclajes superiores (porción larga del bíceps) produciéndose el descenso del músculo vulgarmente conocido como "brazo de popeye" por su aspecto similar al del mencionado dibujo animado. Esta rotura implica una disminución de la fuerza de flexión y supinación del codo, así cómo un aspecto estético anormal por lo que suele repararse con una pequeña intervención quirúrgica. Las roturas del anclaje inferior son todavía más invalidantes y también se reparan quirúrgicamente.