Dianas farmacológicas en la artrosis de rodilla

Existen varias dianas farmacológicas en la artrosis de rodilla que actualmente están siendo investigadas para el desarrollo de nuevos fármacos.

La inflamación juega un papel crítico en el desarrollo y progresión de la osteoartritis de rodilla. La orientación de las vías inflamatorias, como la interleucina-1 (IL-1), el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) y la ciclooxigenasa-2 (COX-2), se ha mostrado prometedora en estudios preclínicos y clínicos.

Las metaloproteinasas de la matriz (MMP) son enzimas que degradan la matriz extracelular del cartílago y el hueso. Se ha propuesto dirigirse a las MMP con inhibidores como una estrategia terapéutica potencial para ralentizar la progresión de la artrosis de rodilla.

Remodelación de cartílago y hueso: el equilibrio entre la remodelación de cartílago y hueso se altera en la osteoartritis de rodilla, lo que lleva a la degradación del cartílago y al crecimiento excesivo de hueso. En los estudios preclínicos se ha mostrado prometedora la orientación de las enzimas involucradas en la remodelación del cartílago y el hueso, como las agrecanasas y las catepsinas.

El dolor es un síntoma principal de la osteoartritis de rodilla y puede afectar significativamente la calidad de vida de los pacientes. La orientación de las vías del dolor, como los canales de potencial receptor transitorio (TRP) y el factor de crecimiento nervioso (NGF), se ha mostrado prometedora en estudios preclínicos y clínicos.

Los factores de crecimiento, como el factor de crecimiento transformante-beta (TGF-beta) y el factor de crecimiento similar a la insulina-1 (IGF-1), desempeñan un papel en la formación y reparación de cartílago y hueso. La orientación de estos factores de crecimiento con agonistas o antagonistas se ha mostrado prometedora en estudios preclínicos.

La autofagia es un proceso celular que elimina componentes dañados o disfuncionales, y su desregulación se ha implicado en el desarrollo de la osteoartritis de rodilla. Apuntar a la autofagia con activadores o inhibidores se ha mostrado prometedor en estudios preclínicos.