Lupus eritematoso sistémico

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmunitaria crónica que puede afectar múltiples órganos y sistemas del cuerpo, como la piel, las articulaciones, los riñones y el corazón.


Diagnóstico:

El diagnóstico del LES se basa en la combinación de síntomas clínicos, hallazgos de laboratorio y características específicas de la enfermedad. No existe un solo examen que confirme el diagnóstico, por lo que se debe realizar una evaluación completa del paciente, incluyendo un examen físico, análisis de sangre y pruebas de imagen. Algunas pruebas comunes que pueden ayudar a confirmar el diagnóstico incluyen pruebas de anticuerpos antinucleares (ANA), anticuerpos anti-doble cadena de ADN (anti-dsDNA), complemento sérico y biopsias de piel y riñón.


Fenotipos:

Existen diferentes fenotipos de LES, que se diferencian por los órganos y sistemas del cuerpo que están afectados. Algunos de los fenotipos más comunes incluyen:

LES cutáneo: se caracteriza por la afectación de la piel, que puede presentar lesiones como erupciones o ampollas.

LES articular: se caracteriza por la afectación de las articulaciones, que puede causar dolor, inflamación y rigidez.

LES renal: se caracteriza por la afectación de los riñones, que puede causar insuficiencia renal y otros problemas relacionados.

LES neurológico: se caracteriza por la afectación del sistema nervioso, que puede causar síntomas como dolores de cabeza, problemas de memoria y convulsiones.


Tratamiento:

El tratamiento del LES depende del fenotipo y la gravedad de la enfermedad. El objetivo principal del tratamiento es controlar los síntomas, prevenir las complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente. Algunas opciones de tratamiento incluyen:

Inmunosupresores: hidroxicloroquina, la azatioprina o el metotrexato, que pueden ayudar a reducir la actividad del sistema inmunitario.

Corticosteroides: como la prednisona, que se usa para controlar la inflamación en diferentes partes del cuerpo en brotes agudos con en cao de no obtenerse la remisión con los inmunosupresores

Terapia biológica: como el rituximab o el belimumab, que se utilizan para bloquear ciertas proteínas que pueden contribuir a la inflamación.