Osteoporosis

La osteoporosis es una enfermedad ósea común en la cual los huesos se debilitan y se vuelven más propensos a fracturas.


Diagnóstico:

El diagnóstico de osteoporosis se realiza mediante la medición de la densidad mineral ósea (DMO) mediante una prueba de densitometría ósea (DXA). La DXA mide la DMO en la columna lumbar y la cadera, y se utiliza para determinar si la persona tiene una densidad mineral ósea por debajo del promedio para su edad y sexo. Además de la DXA, se pueden realizar pruebas de sangre para medir los niveles de calcio, fósforo y vitamina D en el cuerpo.


Fenotipos:

La osteoporosis puede presentarse en diferentes fenotipos, que se diferencian por las causas subyacentes y las áreas del cuerpo que se ven afectadas. Algunos de los fenotipos más comunes incluyen:

Osteoporosis posmenopáusica: es la forma más común de osteoporosis y ocurre después de la menopausia en mujeres debido a la disminución de los niveles de estrógeno.

Osteoporosis secundaria: se produce como resultado de otra enfermedad o tratamiento médico, como la enfermedad renal crónica, la artritis reumatoide, la anorexia o el uso prolongado de ciertos medicamentos como los corticosteroides.

Osteoporosis relacionada con la edad: se produce en hombres y mujeres a medida que envejecen y el cuerpo pierde gradualmente la capacidad de absorber y mantener la densidad mineral ósea.

El tratamiento farmacológico de la osteoporosis tiene como objetivo reducir el riesgo de fracturas óseas y mejorar la densidad mineral ósea.

Las principales opciones de tratamiento farmacológico para la osteoporosis actualmente son:

Los bifosfonatos son medicamentos que se utilizan para inhibir la reabsorción ósea y aumentar la densidad mineral ósea. Los bifosfonatos se administran por vía oral o intravenosa y se pueden tomar semanalmente, mensualmente o cada tres meses. Algunos ejemplos de bifosfonatos incluyen alendronato, risedronato, ibandronato y zoledronato. Los efectos secundarios más comunes de los bifosfonatos incluyen dolor de estómago, náuseas, dolor de cabeza y dolor muscular.

Los moduladores selectivos del receptor de estrógeno (SERMs) son medicamentos que imitan la acción del estrógeno en el cuerpo y ayudan a prevenir la pérdida de hueso. Los SERMs se administran por vía oral y se pueden tomar diariamente. Un ejemplo de SERM es el raloxifeno. Los efectos secundarios más comunes de los SERMs incluyen sofocos y calambres en las piernas.

La terapia hormonal se puede considerar en mujeres que han pasado por la menopausia y se administra para aumentar los niveles de estrógeno en el cuerpo. La terapia hormonal puede ayudar a prevenir la pérdida de hueso y reducir el riesgo de fracturas. Sin embargo, la terapia hormonal también tiene riesgos, como un mayor riesgo de coágulos sanguíneos y cáncer de mama. Por lo tanto, la terapia hormonal solo se recomienda para mujeres con síntomas moderados a graves de la menopausia y que tienen un bajo riesgo de complicaciones.

El denosumab un anticuerpo monoclonal humano que se administra por inyección subcutánea cada seis meses autorizado para el tratamiento de la osteoporosis en mujeres posmenopáusicas y en varones con riesgo elevado de fracturas; para el tratamiento de la pérdida ósea asociada con la supresión hormonal en hombres con cáncer de próstata con riesgo elevado de fracturas, y para el tratamiento de la pérdida ósea asociada con el tratamiento sistémico a largo plazo con glucocorticoides en adultos con riesgo elevado de fracturas.

La teriparatida es un medicamento que se administra por inyección subcutánea diaria y ayuda a estimular la formación de hueso nuevo. Teriparatida se usa en pacientes con osteoporosis grave y un alto riesgo de fracturas.

Desde 2019 Romosozumab esta disponible en Europa y está actualmente aprobado para el tratamiento de la osteoporosis posmenopáusica grave con alto riesgo de fracturas.