El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es una afección poco común pero debilitante que se caracteriza por dolor crónico y alteraciones sensoriales y motoras en una extremidad o región del cuerpo. A continuación se detalla su epidemiología, etiopatogenia, síntomas, diagnóstico y tratamiento:

Epidemiología:

El síndrome de dolor regional complejo puede afectar a cualquier persona, pero es más común en mujeres y en personas entre 40 y 60 años de edad. Aunque su prevalencia exacta es desconocida, se estima que afecta a entre 5 y 26 personas por cada 100,000 habitantes.

Etiopatogenia:

La causa exacta del síndrome de dolor regional complejo no se conoce completamente, pero se cree que puede ser el resultado de una respuesta anormal del sistema nervioso a una lesión o enfermedad. Los factores de riesgo incluyen lesiones nerviosas, fracturas óseas, cirugías, infecciones, enfermedades autoinmunitarias y ciertos medicamentos.

Síntomas:

El síndrome de dolor regional complejo se caracteriza por dolor crónico e intenso, generalmente en una extremidad, que puede ser desproporcionado en relación con la lesión original. Otros síntomas incluyen hinchazón, cambios en la temperatura de la piel, alteraciones sensoriales y motoras, como cambios en la sensibilidad, la movilidad, la sudoración y el crecimiento del cabello y las uñas. Estos síntomas pueden afectar la calidad de vida del paciente y limitar su capacidad para realizar actividades cotidianas.

Diagnóstico:

El diagnóstico del síndrome de dolor regional complejo se basa en los síntomas del paciente y en la exclusión de otras condiciones que puedan causar dolor crónico. No existe una prueba específica para el síndrome de dolor regional complejo.

Tratamiento:

El tratamiento del síndrome de dolor regional complejo se centra en el alivio del dolor y la mejora de la función de la extremidad afectada. Los tratamientos pueden incluir medicamentos para el dolor, fisioterapia, terapia ocupacional, bloqueos nerviosos y estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS).