¿Cuál es la relación entre los síndromes de sensibilización como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica y el COVID persistente o "Long COVID"?

La pandemia por coronavirus 2019 (COVID-19) está dando lugar a una población creciente de personas que se recuperan del síndrome respiratorio agudo severo de la infección por SARS-CoV-2 y la acumulación de datos observacionales sugiere que algunos de estos pacientes pueden experimentar una amplia gama de síntomas después de la recuperación de una enfermedad aguda, denominada comúnmente en España COVID persistente, o también conocida como "Long COVID" o descrita como "secuelas posagudas de la infección por SARS-CoV-2". Algunos de estos pacientes cumplen criterios diagnósticos de fibromialgia y/o síndrome de fatiga crónica.

La relación entre los síndromes de sensibilización como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica y el COVID persistente, podría estar relacionada en parte con la hipótesis de las infecciones virales como una de los desencadenantes de estas enfermedades.

A lo largo de los años, se han realizado esfuerzos considerables para investigar las posibles causas de la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica, describiendo entre los muchos posibles virus precipitantes. Otras causas que se han estudiado a fondo son la disfunción inmune, la disfunción endocrino-metabólica y los factores neuropsiquiátricos.

Como mencionamos al principio, después de la pandemia de COVID-19, se ha observado que algunos pacientes desarrollaron secuelas posagudas de la infección por SARS-CoV-2 (COVID-19) tras la resolución del síndrome respiratorio agudo severo por COVID-19, independientemente de la gravedad de la enfermedad.

Estos pacientes presentan una amplia gama de síntomas (físicos y mentales) que inician durante o después de la COVID-19, continúan durante ≥3 meses después del inicio de la enfermedad y no se explican mediante un diagnóstico alternativo. Muchos de estos cumplen con los criterios de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, siendo el SARS-CoV-2 un posible desencadenante viral. Probablemente también existan otros mecanismos diferentes involucrados en la génesis de estas manifestaciones clínicas, incluido el daño tisular causado por la infección y el tratamiento, el trastorno de estrés postraumático y el síndrome de la unidad de cuidados postintensivos.

Tanto la fibromialgia como el síndrome de fatiga crónica implican una sensibilización central, donde el sistema nervioso central se vuelve hipersensible a los estímulos.

Algunas personas con COVID persistente pueden tener partículas virales persistentes, lo que contribuye a una inflamación continua y la mala adaptación/desregulación del sistema inmunológico puede provocar una inflamación y sintomatología prolongadas.

El tratamiento implica una combinación de medicamentos, fisioterapia, terapia cognitivo-conductual y modificaciones del estilo de vida.

El apoyo psicológico y la fisioterapia y el ejercicio abordan aspectos psicosociales centrados en mejorar la movilidad y la función.

Para controlar los síntomas se utilizan analgésicos, antidepresivos y anticonvulsivos.

La naturaleza heterogénea del COVID persistente (Long COVID) dificulta la predicción de los resultados. El pronóstico varía y algunos experimentan una mejoría, y en cambio, otros, tienen un curso crónico. Identificar y controlar los desencadenantes, incluidos los factores estresantes psicosociales, puede mejorar los resultados. La ansiedad y la depresión secundarias pueden ser comunes en ambas afecciones y son un diagnóstico que es importante abordar a tiempo.

Comprender la relación entre los síndromes de sensibilización como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica y el COVID persistente es un campo de investigación en constante evolución.

La superposición de síntomas, las posibles sinergias y la etiología compleja ponen de manifiesto la necesidad de un enfoque multidisciplinario tanto en el diagnóstico como en el tratamiento.