Más datos sobre el cáncer de colon y recto

El colon y el recto forman parte del sistema digestivo. El colon es la primera sección de intestino grueso. En él se siguen absorbiendo nutrientes y agua de los alimentos que han sido ingeridos, como ocurre en el intestino delgado, y sirve de contenedor para el material de desecho. Este material va avanzando hasta el recto, última parte del intestino grueso, hasta que es expulsado al exterior a través del ano.

El colon se divide en varios segmentos: ciego, ascendente, transverso, descendente y sigmoide. El recto se une al colon sigmoide.

Tanto el colon como el recto están formados por varias capas de tejido. Según estén afectadas una u otra capa, así será el pronóstico del cáncer.

El cáncer que comienza en el colon, se denomina cáncer de colon y el que comienza en el recto, cáncer de recto.

Según esté afectada una parte u otra, los síntomas serán distintos y las pruebas diagnósticas serán distintas y más eficaces para detectar el cáncer según la zona donde aparezca.

Se piensa que el cáncer de colon evoluciona lentamente antes de ser diagnosticado como tal. Antes de que se desarrolle un cáncer suelen aparecer lesiones en el intestino que se denominan displasias o pólipos adenomatosos.

Algunos tipos de pólipos no son cancerosos, pero el hecho de haber tenido aumenta la probabilidad de tener, en un futuro, cáncer en esa zona del intestino.

El cáncer de colon es la segunda causa de muerte por cáncer, después del cáncer de pulmón en el hombre y de el de mama, en la mujer. Entre un 22% y un 36% de los casos, se presenta la enfermedad avanzada.

En nuestro país se producen 11.000 nuevos casos por año. La mortalidad inducida por este cáncer es de 10 muertes por cada 100.000 habitantes y año, con tendencia al aumento.

El cáncer de colon ha ido aumentando su frecuencia en los países desarrollados. Representa en conjunto el 15% de los tumores diagnosticados en el hombre.

La tasa de supervivencia a cinco años es del 90% en aquellas personas que han tenido una detección temprana del cáncer. Pero sólo son detectados un 37% de estos cánceres en un estadio temprano.

Si el cáncer se ha diseminado a órganos o ganglios linfáticos cercanos, la tasa de supervivencia disminuye a un 65%. Y si se ha extendido a órganos distantes, la tasa a cinco años es de un 8%.

El cáncer de colon y recto ( cáncer colorectal ) es el segundo cáncer en frecuencia en los USA y la segunda causa de muerte por cáncer, solamente el cáncer de pulmón lo supera en ambas categorías.

En USA más de 56.000 personas fallecen cada año debido a un cáncer de colon y recto, mayor mortalidad que el cáncer de próstata en los varones (31.000) y el cáncer de mama en las mujeres (40.800). La mayoría de los pacientes con cáncer de colon tienen una aparición esporádica sin una clara etiología. Aproximadamente el 20 % de los pacientes con cáncer de colon tienen una predisposición para el desarrollo de esta enfermedad.

La poliposis adenomatosa familiar y el cáncer de colon no polipoide hereditario ( HNPCC, Lynch síndromes ),son dos síndromes predisponentes del cáncer de colon. Los pacientes con HNPCC tienen un desarrollo mas precoz de carcinoma, con tendencia a desarrollarlo en el colon proximal y en forma sincrónica y metacrónica. Algunos pacientes con el síndrome de HPNCC padecen también de cáncer de otros órganos, principalmente endometrio. Otras condiciones que predisponen a la aparición de cáncer colorectal son, la colitis ulcerosa, la Enfermedad de Crohn, la colitis cistosomal, la exposición a la irradiación, y la poliposis adenomatosa no familiar. Síntomas y diagnóstico

Los estudios para detectar estadios tempranos de cáncer de colon o pólipos premalignos en pacientes sintomáticos incluye tacto rectal, sangre oculta en materia fecal y colonoscopia.

Los síntomas del cáncer de colon incluyen rectorragia, proctorragia y cambios de ritmo deposicional, y dependen de la ubicación y extensión del tumor.

Estreñimiento y diarrea debido al estrechamiento de la luz intestinal, mezcla de sangre con materia fecal y mucus, tenesmo ( sensación de evacuación intestinal incompleta) son síntomas comunes presentes en estos pacientes. Las manifestaciones sistémicas como perdida de peso, astenia, anorexia y fatiga por anemia crónica son signos avanzados de la enfermedad.

La obstrucción, perforación o hemorragia son complicaciones del cáncer de colon.

El examen físico puede revelar la presencia de una masa abdominal o rectal palpable. La presencia de distensión abdominal sugiere un grado avanzado de obstrucción rectal o colónica, también se puede hallar presencia de ascitis. La totalidad del colon debe de ser examinado por medio de la colonoscopia y/o un enema opaco previo a la cirugía en todo paciente con sospecha de cáncer de colon o recto, a menos que no se pueda realizar por la obstrucción colonia o cualquier otra circunstancia. Es preferible realizar colonoscopia porque permite visualizar la lesión, tomar biopsia de la misma y detectar la presencia de pólipos neoplásicos sincrónicos y poder extirparlos endoscopicamente si no están en el sector colónico que se va a resecar.

La presencia de metástasis puede ser detectada por radiografía de tórax, nivel plasmático de CEA y pruebas de función hepática. El CEA no es un test de diagnostico de certeza para el cáncer colorectal en estadios tempranos, pero es útil para detectar recurrencias luego de resecciones curativas, por esta razón es útil realizar mediciones preoperatorias de CEA. La ecografía, TAC o RNM de abdomen son utilizados para detectar la presencia de metástasis hepática. La TAC y RNM de la pelvis en pacientes con cáncer rectal es útil para estadificar el tumor y descartar la presencia de diseminaciones mas allá de los limites estándar de resección, en caso que lo haya serian pacientes candidatos a terapia radiante previo a la cirugía. La ecografía endorectal es útil únicamente para evaluar la extensión local, la radioterapia en forma preoperatoria esta todavía en consideración. Si la lesión primaria en el colon o recto tiene características de cáncer, la confirmación histológica preoperatoria no es necesaria. La confirmación histológica preoperatoria tampoco es requerida en forma rutinaria si se sospecha la presencia de metástasis hepáticas, porque esta se puede obtener en la misma cirugía.