Artrosis facetaria lumbar: diagnóstico y tratamiento

La artrosis facetaria lumbar es una condición médica que involucra el desgaste y la degeneración de las articulaciones facetarias en la columna lumbar. Estas articulaciones se encuentran entre las vértebras de la columna vertebral y están diseñadas para permitir la movilidad y proporcionar estabilidad. Cuando estas articulaciones se desgastan o se inflaman, puede causar dolor lumbar crónico.

Para el diagnóstico, el médico comenzará con una historia clínica detallada para comprender tus síntomas y antecedentes médicos. Luego, realizará un examen físico que puede incluir pruebas para evaluar la movilidad de la columna y determinar si hay dolor al presionar sobre las articulaciones facetarias.

Las pruebas de diagnóstico por imágenes, como radiografías, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM), suelen utilizarse para evaluar el estado de las articulaciones facetarias y descartar otras afecciones.

En algunos casos, para confirmar el diagnóstico y determinar si las articulaciones facetarias son la fuente del dolor, puede ser necesario realizar un bloqueo facetario. Durante este procedimiento, se inyecta un anestésico local directamente en la articulación facetaria sospechosa. Si el bloqueo alivia temporalmente el dolor, esto sugiere que las articulaciones facetarias son la causa.

El tratamiento de la artrosis facetaria lumbar suele ser gradual y puede incluir las siguientes opciones:

Los medicamentos analgésicos como antiinflamatorios no esteroides (AINEs) y los relajantes musculares pueden ayudar a aliviar la inflamación y el dolor.

Los fisioterapeutas pueden proporcionar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, así como técnicas de terapia manual para mejorar la movilidad y reducir el dolor.

En algunos casos, los médicos pueden inyectar corticosteroides directamente en la articulación facetaria para reducir la inflamación y el dolor.

La ablación por radiofrecuencia o rizólisis, utiliza calor para destruir los nervios sensitivos en las articulaciones facetarias y reducir la percepción del dolor. Es una opción más duradera que las inyecciones y bloqueos.

En casos graves que no responden a otras formas de tratamiento, la cirugía puede ser una opción.

El tratamiento específico dependerá de la gravedad de los síntomas y la respuesta individual de cada paciente.