Fibromialgia

La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor crónico generalizado, fatiga y otros síntomas que pueden incluir trastornos del sueño, problemas cognitivos y sensibilidad aumentada a la presión.


Diagnóstico:

El diagnóstico de la fibromialgia se basa principalmente en la presencia de dolor crónico generalizado en todo el cuerpo, así como en la identificación de puntos sensibles específicos en el cuerpo conocidos como puntos gatillo. También se debe descartar la presencia de otras enfermedades reumáticas, ya que muchos de sus síntomas pueden superponerse con la fibromialgia.


Fenotipos:

Hay varios fenotipos de fibromialgia que se han descrito. Uno de ellos es la fibromialgia primaria, que es el tipo más común de la enfermedad. También hay otros subtipos de la enfermedad, como la fibromialgia asociada a enfermedades autoinmunes o la fibromialgia asociada a enfermedades neurológicas. La identificación del subtipo de fibromialgia es importante para guiar el tratamiento.

Un elemento clave de la fibromialgia es la sensibilización central al dolor que es un trastorno del procesamiento del dolor en el que el sistema nervioso se vuelve más sensible al dolor y puede experimentar dolor crónico incluso sin una causa aparente.

Hay varios fenotipos de sensibilización central al dolor. Uno de los más comunes es el dolor musculoesquelético crónico, que incluye dolor en las articulaciones, músculos y tejidos blandos (la fibromialgia). Otro fenotipo común es el dolor de cabeza crónico, que puede incluir migrañas y dolores de cabeza tensionales. También hay un fenotipo de dolor abdominal crónico, que puede ser causado por trastornos gastrointestinales como el síndrome del intestino irritable. A menudo, todos ellos se solapan en diferentes gradosm pudiendo ser todos estos síntomas, sintomas que se presentan en un mismo paciente.


Tratamiento:

El tratamiento de la fibromialgia se basa en enfoques no farmacológicos y farmacológicos. Los enfoques no farmacológicos incluyen el ejercicio, la terapia física, la terapia cognitivo-conductual y la terapia ocupacional. Los enfoques farmacológicos incluyen analgésicos, antidepresivos y medicamentos que medulan la percepción del dolor a nivel central.