¿Cuál es el papel de los análogos de GLP1 en el tratamiento de la obesidad?

Los análogos de GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1) desempeñan un papel importante en el tratamiento de la obesidad al ayudar a las personas a perder peso y mejorar su salud metabólica.

Algunos de los análogos de GLP-1 más comunes son:

Liraglutida (Victoza, Saxenda):

Liraglutida se utiliza en el tratamiento de la obesidad en adultos con un índice de masa corporal (IMC) igual o mayor a 30, o en adultos con un IMC igual o mayor a 27 que tienen al menos una afección relacionada con el peso, como la diabetes tipo 2 o la hipertensión arterial. Aumenta la sensación de saciedad, reduce el apetito y retrasa el vaciamiento gástrico, lo que lleva a la pérdida de peso.

Dulaglutida (Trulicity):

Al igual que la liraglutida, la dulaglutida se utiliza en el tratamiento de la obesidad en adultos con un IMC igual o mayor a 30, o en adultos con un IMC igual o mayor a 27 que tienen al menos una comorbilidad relacionada con el peso. Ayuda a reducir el apetito y promueve la pérdida de peso.

Semaglutida (Ozempic, Wegovy):

Semaglutida se utiliza en el tratamiento de la obesidad en adultos con un IMC igual o mayor a 30. Al igual que otros análogos de GLP-1, reduce el apetito, retrasa el vaciamiento gástrico y promueve la pérdida de peso.


Estos análogos de GLP-1 se administran mediante inyecciones subcutáneas y generalmente se utilizan como parte de un enfoque integral para el tratamiento de la obesidad, que incluye cambios en la dieta, aumento de la actividad física y asesoramiento sobre el estilo de vida. Además de su efecto en la pérdida de peso, estos medicamentos también pueden mejorar la sensibilidad a la insulina y los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ser beneficioso para las personas con diabetes tipo 2 o prediabetes.

Es importante destacar que el uso de análogos de GLP-1 debe ser supervisado por un profesional de la salud, y la decisión de prescribirlos debe basarse en la evaluación individual de cada paciente, considerando sus riesgos y beneficios. También pueden tener efectos secundarios, como náuseas y diarrea, que deben ser discutidos con el médico.