No es conveniente que los bebés de corta edad vayan a la playa, el calor ambiental puede ser perjudicial aunque no se expongan al sol.
Recordar que no se ha de exponer a los niños al sol durante las horas en que éste es más fuerte. Con niños acudir a la playa en las primeras horas de la mañana o a partir de media tarde.
Las quemaduras solares durante la infancia son un factor de riesgo para la aparición de cáncer de piel en la edad adulta.
Los niños de corta edad han de estar habitualmente en la sombra.
Iniciar la toma de sol progresivamente, evitando exposiciones prolongadas en los primeros días.
Utilizar una crema fotoprotectora de uso pediátrico de alta protección. En bebés menores de 6 meses utilizar cremas con filtros minerales. Aplicarla al menos ½ hora antes de la exposición solar y renovarla cada 2 - 3 horas. No olvidar proteger los labios y las orejas.
No se debe dejar de utilizar la protección solar aunque el cielo esté nublado.
Los niños pueden utilizar gafas de sol siempre que éstas sean de uso infantil y debidamente homologadas. Es recomendable adquirirlas en farmacias y ópticas.
No olvidar ponerles siempre gorra y humedecerles con frecuencia la cabeza con agua.
Con niños llevar siempre una sombrilla a la playa.
Administrarles agua o líquidos isotónicos con cierta frecuencia.
El niño debe utilizar ropa fresca y ligera, preferentemente de algodón o fibras naturales.
Es conveniente que los niños lleven calzado fuera de las zonas de arena a fin de evitar lesiones por objetos punzantes y cortantes.
En la playa no perder nunca el contacto visual con el niño a fin de evitar que éste se extravíe, se desoriente o se meta en el agua solo.