¿Qué hay que hacer ante un espasmo del sollozo?

Lo más importante es mantener la calma. Recordar que aunque lo parezca la vida del niño no corre peligro alguno.

Los espasmos tienen una naturaleza benigna y se resuelven sin complicaciones en unos segundos, por lo que no habrá que llevar a cabo ninguna maniobra de resucitación que podría conllevar, por sí misma, un riesgo mayor de lesiones. Evitar los zarandeos u otras maniobras violentas que podrían comportar lesiones. Soplar una o varias veces de forma seca e intensa sobre la cara del niño ayuda a revertir la situación rápidamente en la mayoría de los casos.

Si los espasmos se producen de forma recurrente es conveniente consultar con el Pediatra a fin de que efectúe un diagnóstico clínico correcto y una analítica que incluya un perfil del metabolismo férrico.

Un diagnóstico clínico correcto y aconsejar correctamente a los padres evitará someter al niño a múltiples pruebas complementarias y evitar el peregrinaje por varios especialistas.