Tratamientos

El tratamiento para el control de miopía varía según la edad, el nivel de riesgo y muchos otros parámetros.

Desde modificación en hábitos de vida hasta tratamiento farmacológico, la Unidad de Control de Miopía utiliza los últimos avances científicos internacionales en el manejo de esta patología. Los protocolos clínicos utilizados están en permanente actualización y comprenden una serie de pruebas y terapias que se han mostrado eficaces en el control de la progresión miópica.


¿Cuáles son las fases del tratamiento?

Antes de llevar a cabo un tratamiento, es esencial obtener una evaluación del riesgo, así como de la magnitud y severidad de la miopía. El proceso clínico contempla tres pasos fundamentales:

  • Diagnóstico: en esta primera visita se obtienen todos los datos médicos relevantes para el diagnóstico (anamnesis) y se realiza una serie de procedimientos con el objetivo de establecer la magnitud y severidad del caso; además se realizan otros análisis como el estado de defecto refractivo, la salud ocular y la medición del tamaño del ojo, importantes para evaluar la eficacia del tratamiento.
  • Tratamiento: no existe un tratamiento o remedio universal para la miopía. El motivo es que cada paciente tiene características diferentes, dependiendo de la edad. Por lo tanto, cada persona requiere un tratamiento individualizado.
  • Control: una vez establecido el tratamiento más apropiado, se pasa a una fase de seguimiento, que en un inicio requiere visitas más frecuentes y después se aconseja un control cada seis meses para la medición del ojo (biometría), datos que confirman que el tratamiento elegido es eficaz.

La importancia de la biometría:

En nuestro protocolo de control de miopía, el examen biométrico es fundamental para un seguimiento riguroso de la evolución de cada paciente.

La miopía se da por una falta en la relación entre la potencia del ojo y su tamaño. Para restablecer este equilibrio se modifica la potencia con una corrección óptica (gafas, lentes de contacto). Pues el error refractivo es solo una consecuencia del aumento de la longitud del ojo, y esta última es la causa del aumento en el riesgo de enfermedades oculares, por eso se considera el indicador más importante.


Tipos de Tratamientos:

En la actualidad, los tratamientos para el control de la miopía se pueden incluir en tres grandes grupos:

  • Normas de higiene visual: realizar mayor actividad al aire libre y menor trabajo viendo de cerca proporcionan protección contra el desarrollo de la miopía en el ojo humano.

  • Farmacológicos: los tratamientos farmacológicos (atropina al 0,01%) se han mostrado eficaces en algunos casos con una efectividad del 50%. Los puntos en contra son que los pacientes necesitarán seguir usando gafas, en ocasiones con una graduación también para visión cercana, además pueden tener fotofobia y deslumbramiento, por lo que necesitarán el uso de cristales fotocromáticos o gafas de sol y gorra con visera.

  • Ópticos: gafas y lentes de contacto con diseño específico para el control de miopía. De este tipo, el tratamiento de ortoqueratología se destaca por su efectividad, que proporciona una visión nítida desde el primer momento sin ningún tipo de ayuda óptica. Este tratamiento consta de lentes de contacto con una geometría especialmente diseñada para provocar un moldeo del epitelio corneal, que se utilizan exclusivamente durante las horas de sueño (usualmente por la noche) y que una vez extraídas a la mañana siguiente, permiten ver bien durante todo el día sin necesidad de usar gafas.