Reflexiones de la covidpersistente desde la psicología


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Hace más de 1 año que la Covid-19 irrumpió en nuestras vidas provocando la mayor crisis sanitaria, económica y social de los ultimos 100 años. El 11 de marzo de 2020 la Organizacion Mundial de la Salud declaró la Covid-19 como pandemia, y el Ministerio de Sanidad decretó oficial el estado de alarma y se inició un largo periodo de confinamiento, con el objetivo de contener la progresión de contagios y tensionar el mínimo posible los recursos sanitarios disponibles. Fue entoces cuando empezamos a entender lo que hasta entonces era claro pero nos costaba asumir, que el SARS-COV-2 había venido para quedarse y que iba a cambiar nuestras vidas de muchas formas.

Las siguientes 2 semanas vivimos un alto nivel de estrés por lo que implicaba reorganizar completamente nuestras vidas en el ámbito laboral y en el terrero de la logistica familiar. Sin embargo, desde el primer momento, mis compañeras/os de equipo en el Centro Medico Teknon, tuvimos claro que queríamos contribuir y ayudar de alguna manera en esta crisis. Nos pusimos al servicio de la Clínica, y durante 2 meses pudimos acompañar, de forma telefónica, a los pacientes enfermos por Covid-19 ingresados en planta que solicitaran atención psicológica. Fue una experiencia tremendamente abrumadora y enriquecedora.

Como profesional de la salud mental, forma parte de nuestro día a día gestionar situaciones emocionalmente difíciles, sin embargo, lo vivido en los momentos de la primera ola de la pandemia, resultó ser de elevada intensidad.

Los pacientes Covid-19 se sentían muy frágiles y debilitados físicamente, con enorme sensación de vulnerabilidad. La emoción principal que explicaban era la incertidumbre sobre si podrían o no recuperarse y el temor a no evolucionar favorablemente, a ser trasladados a la UCI, e incluso a morir, todo ello separados de sus familiares.

Si tenemos en cuenta algunas peculiaridades de las condiciones en que se produce el ingreso por Covid-19 y la duracion de la pandemia, entenderemos las alteraciones psicologicas de los pacientes post covid. Referían sentir ansiedad por estar aislados de sus familiares, o podían estar compartiendo habitación con pacientes que estaban en un estado físico muy grave o que incluso fallecían en la propia habitación. Solo tenían contacto con el personal sanitario en momentos puntuales del dia, y éstos llevaban equipo de protección individual. Debido al agravamiento de los síntomas podían pasar semanas en la UCI; además del clima de preocupación generalizado y el alto nivel de estrés del personal sanitario que les atendía.

Por otro lado, al tratarse de una enfermedad altamente contagiosa, es muy frecuente que pacientes ingresados tengan familiares contagiados (confinados o también ingresados) o fallecidos. Todo esto genera un impacto emocional que se está viendo agravado por la situación de aislamiento y soledad que sufren los pacientes al alta al regresar a sus casas, y la duración de la pandemia.

En un estudio realizado sobre el impacto psicológico inmediato de la Covid-19 en la población general, se describe que el 16% de pacientes post Covid refería síntomas depresivos entre moderados o graves, el 28% síntomas de ansiedad entre moderados o graves, y el 8% niveles de estrés entre moderados y graves. Siendo la principal preocupación (75%) que sus familiares se contagiaran de coronavirus.

Todas estas condiciones pueden provocar una mayor vulnerabilidad psicopatológica en el paciente post Covid, y facilitar la aparición de síntomas de ansiedad y depresivos, abuso de alcohol y sustancias, alteraciones en la conducta alimentaria, estrés postraumático, así como favorecer el desarrollo de duelos complejos, prolongados y traumáticos (debido a la rapidez de la pérdida, la sensación de impotencia, la falta de información, la soledad en el momento de la pérdida y la soledad posterior por la situación de confinamiento, o no poder realizar rituales de despedida que facilitan la elaboración del duelo).

Entre las intervenciones psicológicas que realizaremos se encuentran: una escucha activa y empática como pilar central de cualquier intervención; programas de psicoeducación; intervención psicológica grupal, como espacio propicio para facilitar la ventilación emocional, la búsqueda de recursos de afrontamiento, y la detección de personas que requieran atención individualizada; y técnicas de regulación emocional, donde se realizan sesiones de relajación muscular, o sesiones de mindfulness, entre otras.

La intervención psicológica en este contexto de crisis, tiene como objetivo principal poder restaurar la capacidad de afrontamiento de las personas, y proporcionarles la asistencia necesaria para rehacerse emocionalmente y recuperar sus vidas.


Dra. Mónica Viñuales
Psicóloga Clínica