Denervación renal

Ablación o Denervación de la arteria renal en la hipertensión arterial resistente


¿Qué es la denervación renal?

La denervación o ablación renal es una nueva técnica para el tratamiento de la hipertensión arterial más resistente, es decir, que puede aplicarse en pacientes que no logran controlar la hipertensión arterial a pesar de tomar tres o más fármacos antihipertensivos.

¿En qué consiste la denervación renal?

La ablación renal consiste en la desactivación por radiofrecuencia del sistema nervioso simpático renal, reduciendo así su actividad y, por consiguiente, disminuyendo las cifras de hipertensión arterial.

¿Cómo se realiza?

La ablación renal consiste en introducir un catéter por el brazo o la ingle hasta alcanzar las arterias renales. Dicho catéter emite calor de hasta 40-50 grados (emitiendo radiofrecuencia) y desactiva una serie de redecillas nerviosas (denervación renal de nervios simpáticos) que ocasionan hipertensión arterial.

Este procedimiento se realiza con sedación, y el paciente debe permanecer un día ingresado en el centro durante el cual se monitorizará el resultado y la supresión de parte del tratamiento.

¿En qué personas está indicada la denervación renal?

Según el Informe de Salud de 2012 de la Organización Mundial de la Salud, la hipertensión es la mayor causa de muerte, por encima del colesterol y del tabaco.

La ablación renal está indicada en pacientes de entre 18 y 85 años, con Hipertensión arterial resistente, es decir, pacientes que no logran controlar la hipertensión arterial tomando tres o más fármacos antihipertensivos, en ausencia de enfermedad renal crónica severa y habiendo descartado una causa secundaria de hipertensión arterial.

¿Cuáles son las complicaciones más frecuentes?

Esta técnica es un procedimiento poco invasivo, eficaz y seguro con una escasa incidencia de complicaciones y la práctica ausencia de trastornos de la función renal. Según los estudios realizados hasta el momento, la tasa de complicaciones es baja.

Es posible que se produzcan efectos adversos de baja incidencia, como el hematoma en el sitio de punción o la aparición de hormigueos en la zona lumbar reflejados en los estudios realizados. Estos efectos desaparecieron a los pocos días de ser tratados con analgésicos.

¿Qué se consigue con esta intervención?

Según los estudios realizados, a los tres años de la intervención la mayoría de los pacientes han reducido de forma espectacular la presión arterial y han podido suprimir el uso de dos o tres fármacos que tomaban para controlar la hipertensión arterial.

La hipertensión resistente es un reto importante en la práctica clínica diaria. En este contexto, la ablación renal representa una técnica innovadora para reducir eficazmente la presión arterial en estos pacientes.