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Castro Domínguez FranciscoReumatología
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El pie cavo, también conocido como pie de arco alto, es una afección caracterizada por un arco inusualmente alto en el pie. Esta afección puede provocar varios síntomas y puede requerir tratamiento.
Síntomas:
- Dolor: El pie cavo puede causar dolor, particularmente en el arco, la punta del pie o el talón.
- Inestabilidad: El arco alto puede provocar inestabilidad en el pie, lo que dificulta el equilibrio y la marcha.
- Dedos en garra: la afección puede provocar dedos en garra o en martillo, donde los dedos se curvan hacia abajo.
- Callos y callos: Las áreas de alta presión en la planta del pie pueden desarrollar callos o callos.
- Inestabilidad del tobillo: el arco alto puede afectar la alineación de la articulación del tobillo, lo que podría provocar esguinces e inestabilidad del tobillo.
Causas:
- Condiciones neurológicas: la mayoría de los casos de pie cavo están asociados con condiciones neurológicas subyacentes que afectan los músculos y nervios que controlan el pie. Condiciones como la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, la polio o la parálisis cerebral pueden contribuir al pie cavo.
- Desequilibrios musculares: las condiciones que resultan en desequilibrios musculares, donde ciertos músculos se vuelven demasiado dominantes o se debilitan, pueden provocar deformidades en el pie como el pie cavo.
- Trauma: las lesiones en el pie o el tobillo pueden causar cambios en la estructura del pie, lo que lleva a un arco alto.
Diagnóstico:
- Evaluación clínica: un proveedor de atención médica realizará un examen físico para evaluar el arco, la marcha y la presencia de cualquier síntoma.
- Evaluación neurológica: en muchos casos, se puede realizar una evaluación de la función nerviosa, como electromiografía (EMG) y estudios de conducción nerviosa, para identificar afecciones neurológicas subyacentes.
- Estudios de imágenes: se pueden utilizar rayos X para evaluar la estructura del pie y la alineación de los huesos.
Tratamiento:
Tratamiento conservador:
- Dispositivos ortopédicos: las plantillas ortopédicas personalizadas o de venta libre pueden ayudar a brindar soporte al arco y redistribuir la presión sobre el pie.
- Modificación del calzado: Elegir zapatos con amortiguación y soporte adecuado para el arco es fundamental para aliviar el dolor y las molestias.
- Fisioterapia: la fisioterapia puede proporcionar ejercicios y técnicas para mejorar la función del pie y aliviar el dolor.
Refuerzo: en algunos casos, se pueden recomendar ortesis de tobillo y pie (AFO) para brindar soporte adicional y estabilizar el pie y el tobillo.
Cirugía: en casos graves, o cuando los tratamientos conservadores fallan, se puede considerar la intervención quirúrgica. Los procedimientos quirúrgicos tienen como objetivo realinear los huesos, transferir tendones o proporcionar estabilidad adicional.